100 años de bolchevismo

Fernando FernándezFernando M. Fernández.- El 25 de octubre de 2017, se cumplen 100 años de la revolución bolchevique. No puede haber celebración, sino reflexión. Se debe a Lenin la consolidación doctrinaria del marxismo conocido, en consecuencia, como el marxismo-leninismo, al cual se le ha llamado también bolchevismo. La filosofía contemporánea ha recibido la impronta de esta doctrina, lo cual justifica una revisión a la luz de los hechos en la práctica. Especialmente por la implantación de un modelo totalitario de Estado con millones de víctimas. Los crímenes del bolchevismo no deben festejarse.

La Revolución de Octubre o Revolución Rusa de 1917 fue el primer acontecimiento logrado gracias a la inspiración filosófica surgida de la doctrina marxista, la cual debe a Trotski y a Lenin el éxito alcanzado en el desalojo del zarismo del poder y en la implantación de la primera Dictadura del Proletariado de la historia, mediante el dogma de la Lucha de Clases, en lo que se llamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (“URSS”).

Durante el siglo XX se produjeron varias revoluciones que buscaron transformar el mundo. Las mismas estuvieron inspiradas en la filosofía marxista bajo las premisas de los Principios del Comunismo y del Manifiesto del Partido Comunista, según lo cual la “Lucha de Clases es el motor de los acontecimientos”, bajo el ideal y procura de una revolución que implante la “Dictadura del Proletariado” en términos de la doctrina marxista, tal como lo expuso Engels: “… Una revolución es la cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte, por medio de fusiles, bayonetas y cañones… y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por medio del terror que sus armas inspiran a sus adversarios…”.

La doctrina política del marxismo se basa en dos temas: (i) la Lucha de Clases y (ii) la implantación de la Dictadura del Proletariado, sobre todo en sus efectos, en cuanto a su “estrategias y tácticas” para transformar el mundo, causando múltiples crímenes en masa. Ello, dentro de un proceso histórico que fue instaurado durante la mayor parte del siglo XX desde 1917 con la Revolución Rusa, la implantación del Terror Rojo aplicado por la policía política llamada La Cheka y la Guardia Roja comandada esta última por Trotsky, adversando al Terror Blanco en sus primeros años, pasando por el Holodomor (o matanza por hambre. Fue la hambruna producida por Stalin, no por la naturaleza: Los cálculos más modestos hablan de 2 millones de ucranianos muertos por padecimiento de hambre. Hay quienes hablan de 12 millones) y el Gran Terror, entre otros grandes episodios de crímenes en masa, se extiende hasta 1991, cuando colapsa la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (“URSS”) y cesa la llamada Guerra Fría en 1991.

Esa y las demás revoluciones comunistas del siglo XX fueron acontecimientos históricos basados en la mismas premisas filosóficas de la doctrina marxista-leninista que, entre otros, han marcado a la humanidad y siguen inspirando a diversos líderes, grupos, guerrilleros, partidos, doctrinarios, intelectuales, militares y Jefes de Estado durante lo que va del siglo XXI bajo diferentes etiquetas, bien sea la de comunistas, socialistas o populistas.

Durante lo que ha transcurrido del Siglo XXI, el comunismo ha tenido variantes filosóficas y doctrinarias como el Foro de Sao Paulo (Brasil) y el llamado Socialismo del Siglo XXI del Partido Socialista Unido de Venezuela (“PSUV”), cuya doctrina básica marxista-leninista está contenida en el Libro Rojo.

Algunas variantes del bolchevismo son disimuladas y otras expresas, a la par de lo que el neonazismo ha impulsado a través de los partidarios del restablecimiento del nacional-socialismo o algo similar. Sigue siendo el mayor desafío de la filosofía occidental frente a los límites y debilidades de la democracia y el capitalismo, ahora potenciado en los tiempos de la globalización, sobre todo en los efectos que este causa. Además, el comunismo, a la par que el nazismo y el fascismo, ha infligido los peores desastres humanitarios y violaciones de los derechos humanos a nivel masivo. Así las cosas, es necesario ver con objetividad y sin complejos lo que pasó en estas grandes revoluciones acontecidas durante el siglo XX.

En fin, el bolchevismo centenario, apoyado en la doctrina marxista leninista, es y ha sido un verdadero desastre totalitario para la humanidad. Hay mucho para reflexionar y nada que festejar.

 

@FM_Fernandez

 

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