Apuntes de una Cuarentena: El dolor de cabeza de una remesa

Luis Gerardo GarcíaLuis Gerardo García.- Como muchos venezolanos, yo también tengo familiares fuera de Venezuela. En mi caso particular, mi hermano y mis cuñados tomaron hace bastantes años la decisión de hacer vida en Europa. Por buena fortuna pudieron establecerse y ahora tienen trabajos estables y competitivos, cosa que no pueden decir muchos compatriotas que han partido en búsqueda de un mejor vivir.

El haber decidido vivir en otro país suele tener una implicación importante, y es que, en un país con una red de seguridad social comprometida, los emigrantes se ven en la necesidad de soportar financieramente a esos parientes que se han quedado en Venezuela. En mi caso personal, mis cuñados envían remesas para cubrir los gastos de mi suegra, para lo cual solemos usar PayPal.

Paypal no es necesariamente la opción más barata ni necesariamente la más eficiente, pero nos había funcionado bien hasta este mes, cuando un pago que se ordenó a finales de septiembre tardó 20 días en reflejarse en la cuenta bancaria que usamos como cuenta funcional. Tal nivel de retraso atenta negativamente contra el espíritu de la remesa, en un país con altos niveles de inflación y reajustes en los costos en moneda extranjera (la tan famosa “inflación en dólares”).

Pero, se pregunta uno, ¿qué opciones tiene para un envío “indoloro” de remesas?

  • Remesadoras, al estilo Western Union o MoneyGram, no suelen incluir a Venezuela como destino de operación (intuyo que las sanciones económicas influyen de forma importante), pero aún si así fuera, el costo de una remesa promedia 10%, a todas luces bastante oneroso.
  • Además del costo, una remesadora que incluya a Venezuela tendría como desventaja la limitante de entregar bolívares, tanto por temas regulatorios como logísticos.
  • Otros sistemas, como transferir a una cuenta concentradora de un banco con capacidad de girar en dólares (se me vienen a la mente bancos como BNC o Bancamiga) tampoco suelen ser eficientes en términos de costos o tiempos. Al igual que una remesadora, el costo integral suele ser también oneroso. Y, en promedio, las transferencias suelen tardar entre 3 y 5 días, aunque con el sobrecumplimiento (overcompliance) que aplican los departamentos de legitimación de capitales, la variabilidad puede ser importante.
  • Las remesas con criptoactivos muestran una promesa interesante pero, en mi experiencia, exigen un nivel de conocimiento y pericia que sobrepasa al destinatario natural. En otras palabras, no concibo a mi suegra manejando con destreza una cuenta de Binance.

Las remesas son un ejemplo de un tema teórico que, cuando te toca directamente, demuestra una complejidad que no es sencilla de resolver. El manejo por vía de criptoactivos tiene el potencial para ser un vehículo de transferencia de recursos muy fluido e importante, pero, estando en esta etapa tan embrionaria, le falta mucho recorrido para ser una solución eficiente para todos, y no únicamente para el avezado en temas tecnológicos. Mientras se resuelve este rompecabezas, creo que me toca seguir dándome golpes con lo que tengo, y rogar que los dioses de la legitimación de capitales sepan ser benevolentes con los flujos de caja de mis familiares cercanos.

 

@VzlanaF

 

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