A través de un comunicado, el Gobierno argentino dio a conocer que ese país finalizó exitosamente la Cuarta Ronda de Evaluación Mutua del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y evitó ingresar a la peligrosa «lista gris».
En concreto, se debatió y aprobó el Informe de Evaluación Mutua de la República Argentina, mediante el cual se valoraron las acciones adoptadas en materia de prevención de lavado de activos, financiamiento del terrorismo y proliferación de armas de destrucción masiva desde enero de 2019 hasta marzo de 2024, reseñó Forbes.
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Entre las mejoras implementadas para adecuarse a los estándares del GAFI, se destacaron cinco:
- Se modificó la Ley 25.246 y el Código Penal, fortaleciendo el régimen preventivo y la represión de delitos relacionados con el lavado de dinero.
- Se incluyó a abogados y proveedores de servicios de activos virtuales como sujetos obligados a informar ante la Unidad de Información Financiera (UIF).
- Se actualizaron las normativas para contadores, agentes y corredores inmobiliarios, así como para la compraventa de obras de arte, antigüedades y joyas.
- Se cambiaron los plazos de presentación de los reportes de operaciones sospechosas (ROS), se redefinieron las operaciones inusuales y se incorporó un ROS específico para la proliferación de armas de destrucción masiva.
- Se estableció un Registro Único de Beneficiarios Finales bajo la ex-AFIP y un Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales por la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Un logro con múltiples beneficios
Haber cumplido con los requisitos del GAFI salvó al país de entrar en un peligroso entorno de marginalidad internacional caracterizado por pobres flujos de capitales y una mayor desconfianza en el sistema.
En detalle, Mariano Sardáns, director ejecutivo de FDI Gerenciadora de Patrimonios, comentó que el primer impacto negativo que se evitó fue el deterioro de la reputación.
«Que te vean justamente como que no sos bueno en lo que tiene que ver con la prevención de lavado de dinero y financiación de terrorismo genera una percepción de mayor riesgo entre inversores y contrapartes internacionales, lo que claramente afecta confianza y credibilidad», explicó.
En consecuencia, este mala imagen pudo haber causado estragos en las inversiones internacionales. «Las instituciones financieras extranjeras podrían limitar transacciones con sus pares de Argentina o someterlas a una debida diligencia intensificada, e incluso podrían optar por terminar relaciones de corresponsalía, dificultar operaciones de comercio exterior o cerrar líneas de crédito, afectando la capacidad de las instituciones financieras argentinas para operar a nivel internacional», indicó Alejandro Montiel, socio en Integria Consulting.
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