El Banco Central de Brasil elevó el miércoles la tasa Selic en 25 puntos básicos, al 10,75%, en una decisión unánime, y destacó que el ritmo de los futuros ajustes y la magnitud total del ciclo serán dictados por el firme compromiso de converger la inflación a la meta.
El comité de fijación de tasas del banco, conocido como Copom, votó por unanimidad elevar la tasa de interés Selic de referencia por primera vez en más de dos años hasta el 10,75%, en línea con la mayoría de las previsiones. En una encuesta realizada por Reuters entre 40 economistas, 36 predijeron la medida, mientras que tres esperaban que el banco mantuviera las tasas y uno preveía una subida mayor.
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Los responsables políticos afirmaron que el balance de riesgos de inflación se inclina ahora al alza, señalando un mercado laboral más fuerte de lo esperado y un crecimiento robusto.
«El escenario, marcado por una actividad económica resistente, presiones en el mercado laboral, brecha de producción positiva, un aumento en las proyecciones de inflación y expectativas desancladas, requiere una política monetaria más contractiva», escribieron.
Mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos dio el pistoletazo de salida a su esperado ciclo de flexibilización a primera hora del día, el banco central de Brasil comenzó a moverse en la otra dirección, señalando que se avecinan más subidas de tasas.
«El ritmo de los futuros ajustes de la tasa de interés y la magnitud total del ciclo que acaba de comenzar estarán determinados por el firme compromiso de alcanzar el objetivo de inflación y dependerán de la dinámica de la inflación», escribió el Copom en su declaración de política monetaria.
En junio y julio, el banco central mantuvo la tasa de interés oficial en el 10,50%, tras una serie de recortes desde el año pasado que lo situaron en el 13,75%, su nivel más alto en seis años, publicó Reuters.
Las expectativas de una subida de tasas, la primera del banco desde agosto de 2022, se fortalecieron después de que la actividad del segundo trimestre superara significativamente las previsiones, impulsada por un sólido mercado laboral y el aumento de los salarios en la mayor economía de América Latina.
Sin embargo, las apuestas por una política más restrictiva habían ido aumentando desde finales de julio, cuando las actas del banco central indicaron que los responsables políticos no dudarían en elevar los costos de endeudamiento si fuera necesario en medio de crecientes riesgos al alza para la inflación.