BID plantea prudencia en manejo de la deuda pública de América Latina y Caribe

BID
Foto: referencial

Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) propuso este martes en Lima un manejo prudente de la deuda pública y el fortalecimiento de las instituciones fiscales en América Latina para lograr el crecimiento económico, después de que la deuda total de la región se duplicó hasta 5.800 millones de dólares y la deuda pública creció al 72% del PIB por la pandemia.

El BID presentó este martes en Lima el informe «Lidiar con la deuda, menos riesgo para más crecimiento en América Latina y el Caribe» tomando como ejemplo el caso de Perú, que ha destacado por su «estabilidad macroeconómica y fortaleza fiscal», en los años previos a la pandemia, en palabras del representante del BID en Perú, Tomás Bermúdez.

Los planes de consolidación fiscal de Perú de mediano plazo son coherentes con los niveles prudentes de deuda, los cuales oscilan entre el 28 y 33%, indicó el BID.

El informe sostiene que los países de América Latina y el Caribe deberían reducir su porcentaje de deuda de un promedio de 70% a un rango prudente de 46-55% del PIB.

Uno de los coautores del informe y especialista líder sectorial del BID, Oscar Valencia, explicó a EFE que «uno de los grandes retos que tiene la región son los incrementos en la deuda que no solo se dan por el COVID sino previo a la pandemia».

En el estudio presentan cinco recomendaciones a los Estados de la región para «atacar estos incrementos», el primero de los cuales es el fortalecimiento de las instituciones fiscales.

Perú como modelo de disciplina

«Perú es una muestra de esto, tiene instituciones fiscales muy fuertes que involucran reglas fiscales de calidad, marcos presupuestarios y vincular las estrategias de deuda con los marcos presupuestarios», indicó Valencia, pero «siempre manteniendo niveles de deuda prudentes» para contener los eventos negativos.

Un segundo aspecto fundamental es «cómo utilizamos esto para crecer más», porque «crecer más es necesario para realizar procesos de consolidación fiscal exitosos», anotó.

Asimismo, el tercer aspecto son los «mecanismos de focalización» para atender a la población vulnerable y también «para reducir las fricciones de financiamiento en nuestras empresas», agregó Valencia.

Otras recomendaciones del informe son mejorar la gestión de deuda en colaboración con multilaterales para converger a niveles prudentes de endeudamiento y también la creación de un foro regional para debatir asuntos relacionado con la deuda.

El experto afirmó que «necesitamos que el rendimiento de cada recurso tenga un retorno en términos de crecimiento y no solo en crecimiento, sino en reducir las brechas sociales«, que se profundizaron en la región con la pandemia.

Gasto acelerado de ahorros

El viceministro peruano de Economía, Juan Pichihua, comentó durante la presentación del informe que el manejo de las finanzas públicas implica un trabajo de largo plazo, dado que el país mantuvo ahorros fiscales de sus años de bonanza.

A raíz de la pandemia, «tuvimos que utilizar (los ahorros acumulados) sin reparo para salir adelante», recordó Pichihua.

Sin embargo, anotó que «es muy fácil salir de una situación compleja gastando cuando no puede ser sostenida en el mediano plazo» y reiteró el manejo responsable del Estado en este campo.

Por su parte, la exministra de Desarrollo Social e integrante del Consejo Fiscal de Perú, Carolina Trivelli, opinó que Perú es un caso «atípico», que no se salva de enfrentar un conjunto de riesgos, como la ralentización del crecimiento.

Además, subrayó que la política fiscal tiene que impulsar el proceso de crecimiento y evitar las presiones por mayor gasto corriente, procedentes de Ejecutivo y Legislativo, que son «un riesgo importante».

Trivelli alertó que este es un año «muy difícil» por los fenómenos climáticos en Perú y que «hay presión para generar nuevos formatos de ayuda» y el tema primordial es ver «cómo logramos que ese financiamiento de ayuda, sea promotor de crecimiento». EFE