Centro Carter asegura que no pudo corroborar los resultados de los comicios presidenciales declarados por el CNE

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Foto: referencial/TalCual

En horas de la noche del martes 30 de julio el Centro Carter hizo público el informe preliminar sobre la elección presidencial de Venezuela, tras abandonar el país por «preocupaciones de seguridad».

«La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática», son las primeras líneas del documento difundido por la organización.

Agrega que no pudo verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, y que el hecho de que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral «constituye una grave violación de los principios electorales».

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Según el Centro Carter, el proceso electoral de Venezuela en 2024 no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional.

«Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. A lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición».

Esfuerzos desmerecidos por ausencia de transparencia

En lo que respecta al campo electoral, dijo que la actualización del registro de electores se realizó con numerosos inconvenientes: plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas.

Pero, de acuerdo con la organización, el problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero. «El resultado de la restrictiva jornada especial se tradujo en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior».

En cuanto a la campaña electoral, menciona que se desarrolló con un notable desequilibrio a favor del gobierno en todos los campos.

«La candidatura oficialista contó con muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor. Se observó el abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos, la movilización de funcionarios para la campaña y el uso de programas sociales. Asimismo, la candidatura gubernamental tuvo preponderancia en la televisión y la radio, tanto en publicidad, transmisión de eventos y cobertura noticiosa. Las autoridades intentaron restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor para generar un efecto disuasivo».

Destaca que en el número limitado de recintos visitados, los equipos de observadores del Centro Carter comprobaron la voluntad de la ciudadanía venezolana por participar en un proceso electoral democrático y demostrando su compromiso cívico como integrantes de mesa, testigos de partidos y observadores. «Estos esfuerzos fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados».