¿Cómo se vivió el paro por 24 horas en Argentina? #9May

Argentina
Foto: Pixabay

Argentina vive desde la madrugada de este jueves su segunda huelga general desde que comenzó el mandato del ultraliberal Javier Milei como presidente del país suramericano, el pasado 10 de diciembre.

Tras su alto poder de convocatoria en enero, cuando tuvo lugar la primera huelga general en el país desde mayo de 2019, bajo el gobierno del centroderechista Mauricio Macri (2015-2019), la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera de Argentina, convocó a paralizar el país para demostrar el rechazo contra las reformas estructurales que busca implementar el Ejecutivo.

También puede leer: Argentina lanza nuevo billete de máxima denominación equivalente a 11 dólares

El portal web Clarín reseñó que con este paro Trenes Argentinos perdería 200 millones de pesos argentinos. Así lo advirtió la Secretaría de Transporte: «A partir del paro de algunos gremios del sector ferroviario, que impiden que funcionen los servicios de trenes metropolitanos, regionales y de media y larga distancia, están afectadas cerca de 1 millón de personas», destacó el organismo dirigido por Franco Mogetta.

Sin embargo, transcurridas más de 12 horas, la medida de fuerza se sintió sólo en los sectores afectados por la paralización del transporte, que no fue total, publicó Infobae. Varias líneas de colectivos resistieron a la presión y funcionaron con normalidad durante toda la mañana a diferencia de trenes, subtes y aviones que sí estuvieron paralizados a excepción de la lowcost FlyBondi que operó desde Ezeiza.

La actividad privada no se sumó a la convocatoria de los gremios. Shoppings, supermercados, grandes cadenas e incluso los comercios barriales están abiertos, algunos de ellos con afluencia habitual de clientes, según pudo corroborar Infobae en una recorrida por las principales avenidas. También la mayoría de las estaciones de servicio trabajaron normalmente y cargaron combustibles a los automovilistas.

Los colegios privados estuvieron abiertos y se las ingeniaron para garantizar docentes en las aulas en reemplazo de aquellos que no pudieron viajar o decidieron sumarse al paro.

La excepción fueron los bancos cuyos trabajadores, liderados por el sindicalista K Sergio Palazzo, se sumaron a la huelga.

Tampoco abrieron las oficinas estatales, algo previsible, teniendo en cuenta que los gremios del sector participaron de la convocatoria a la protesta.

Con información de Deutsche Welle, Clarín e Infobae.