El consumo privado, componente central de la demanda interna en México, registró una contracción durante el primer trimestre de 2025, según revelan los datos más recientes del Inegi. De acuerdo con los Indicadores Trimestrales de la Oferta y Demanda Global, la caída fue de 0,4 % frente al trimestre anterior y 0,8 % en comparación anual, en cifras ajustadas por estacionalidad.
La debilidad del consumo refleja un entorno desafiante para los hogares, probablemente influenciado por la pérdida de poder adquisitivo, la persistencia de tasas de interés elevadas y el ajuste en el crédito al consumo. Esta caída contrasta con el leve crecimiento del PIB (0,2 %) y sugiere que otros componentes, como las exportaciones, están sosteniendo la actividad económica en mayor medida.
Tendencia descendente desde finales de 2024
La trayectoria del consumo privado ya mostraba señales de desaceleración desde el cuarto trimestre de 2024, cuando apenas creció 0,3 % en términos reales. Con el retroceso registrado entre enero y marzo de 2025, se consolida una tendencia de enfriamiento en el gasto de los hogares, que representa aproximadamente 49,3 % de la demanda global de bienes y servicios.
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Estructura y peso relativo
En cifras originales, el INEGI señala que el consumo privado pasó de representar 49,7 % de la demanda total en el último trimestre de 2024 a 49,3 % en el primero de 2025. Aunque el ajuste es marginal, se enmarca en un contexto donde el resto de los componentes, como la Formación Bruta de Capital Fijo (-4,0 %) y las importaciones (-4,3 %), también presentan caídas, reforzando la idea de un trimestre débil para la economía interna.
¿Qué explica esta contracción?
Entre los factores que pueden estar detrás de esta disminución figuran:
- Inflación subyacente aún elevada, que erosiona el ingreso disponible real.
- Altas tasas de interés que restringen el financiamiento al consumo.
- Debilidad en el mercado laboral informal, particularmente vulnerable a los ciclos económicos.
Un llamado de atención para la política económica
La contracción del consumo privado no es solo un dato macroeconómico: es una señal de alerta sobre la confianza del consumidor y la salud del mercado interno. Aunque las exportaciones crecieron 1,1 % en el trimestre y 12,9 % en la comparación anual, no compensan totalmente la debilidad de la demanda doméstica si esta se mantiene.
En un entorno global incierto, sostener y dinamizar el consumo privado podría convertirse en una prioridad para la política económica mexicana en la segunda mitad del año.