La crisis económica en Bolivia ha llevado a comerciantes de todo el país a reanudar sus protestas, exigiendo al gobierno de Luis Arce medidas urgentes para frenar el cierre de negocios y la caída del consumo.
Los manifestantes organizaron una marcha de cacerolas vacías, recorriendo las calles de La Paz hasta llegar a las oficinas gubernamentales. A la movilización se sumaron trabajadores de salud y artesanos, quienes también han visto afectadas sus fuentes de ingreso.
«En Bolivia hay una crisis y devaluación del boliviano, no tenemos mercadería para vender, no hay ventas», afirmó Toño Siñani, dirigente de los comerciantes.
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Mercados vacíos y cierre de negocios
El impacto de la crisis se refleja en la falta de clientes y el cierre de locales comerciales. En zonas populares como El Alto, los mercados están vacíos y muchas galerías han cerrado, dejando a cientos de trabajadores sin empleo.
La cotización oficial del dólar se mantiene en 6,96 bolivianos, pero en el mercado paralelo la divisa se ofrece a casi 20 bolivianos, lo que ha encarecido las importaciones y reducido la disponibilidad de productos.
Escasez de alimentos y especulación
Los productos básicos como arroz, aceite y carne de res han registrado aumentos de precio en los últimos meses, afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos.
El ministro de Desarrollo Rural, Yamil Flores, aseguró que en Bolivia «no hay desabastecimiento», sino que algunos comerciantes están especulando y ocultando productos para venderlos a precios más altos en países vecinos.