El Informe de Estabilidad Financiera Primavera 2025, publicado por el Banco de España, revela una moderación en los ingresos generados por préstamos bancarios, producto de varios factores macroeconómicos y financieros que han incidido en la evolución del crédito en España.
Según el informe, la ratio de endeudamiento de los hogares y empresas no financieras se ha estabilizado, mientras que la carga por intereses ha mostrado un descenso sostenido. Este comportamiento refleja una mayor prudencia en el acceso al crédito, impulsado por las condiciones económicas actuales, la evolución de los tipos de interés y el fortalecimiento de la situación financiera de los agentes económicos.
- Hogares: La menor presión financiera en los hogares se refleja en la disminución de la ratio de pagos por intereses sobre la renta bruta disponible (RBD), lo que ha reducido la urgencia de recurrir al crédito.
- Empresas no financieras: La ratio de pagos por intereses sobre el excedente bruto de explotación (EBE) ha iniciado una tendencia a la baja, lo que sugiere que el sector empresarial ha logrado mejorar su capacidad de autofinanciación y reducir su dependencia del crédito bancario.
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Implicaciones para el sector bancario
El informe del Banco de España destaca que, si bien la rentabilidad bancaria ha mejorado en los últimos años, principalmente gracias al margen de intereses, la desaceleración en el crecimiento de los ingresos por préstamos podría representar un desafío a medio plazo. La menor demanda de crédito y la estabilidad en el endeudamiento podrían afectar la dinámica del sector financiero, que deberá buscar estrategias para diversificar sus fuentes de ingresos.
A pesar de esta desaceleración, el Banco de España señala que la solidez del sistema bancario español continúa siendo destacable en comparación con otros países europeos. No obstante, advierte sobre la necesidad de un monitoreo cercano de la evolución del crédito y de posibles ajustes en la política macroprudencial para garantizar la estabilidad financiera.
De cara a los próximos meses, las entidades financieras deberán adaptarse a un entorno de menor dinamismo en los ingresos por préstamos, potenciando otras áreas de negocio, como servicios financieros digitales y gestión patrimonial. La evolución del crédito seguirá siendo un indicador clave para evaluar la estabilidad del sector bancario y su capacidad de respuesta ante cambios en el entorno económico.