Economía 2023
José Grasso Vecchio.- Recientemente se dio a conocer el Informe de Coyuntura Económica de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de abril de 2023, donde se realiza un análisis pormenorizado del contexto externo en el cual se desenvuelve la economía venezolana y al mismo tiempo se presentan las estimaciones de las principales variables económicas y financieras para 2023.
De acuerdo con el Informe, el escenario mundial en el cual se está moviendo la economía venezolana es uno caracterizado por una ralentización de la actividad económica acompañada por una desaceleración de las tasas de inflación en el contexto de una política monetaria restrictiva aplicadas por los bancos centrales. Igualmente, en ese contexto, los precios de las principales materias primas han venido disminuyendo, situación que luce favorable para los países importadores y desfavorables para los productores.
En el caso venezolano y lo mismo ocurre en muchas economías, el primer trimestre del año es estacionalmente uno de los de más baja actividad económica cada año. Situación muy distinta en el segundo semestre, donde comienza a verse una mayor actividad de la economía, hasta llegar al último trimestre del año que suele ser el de mayor actividad en la economía.
Sin duda, el panorama mundial sigue siendo muy negativo. Sin ir lejos, este 3 de mayo, la reserva federal subió las tasas en 0,25% y las coloca en 5,25%. Este camino de Estados Unidos y Europa subiendo tasas para combatir la inflación va dejando otras secuelas. Por ello, son tiempos difíciles sin lugar a dudas.
De acuerdo con la evaluación que hace el Informe sobre la política económica aplicada durante los últimos tres años, ésta se ha orientado a combatir la hiperinflación y luego procurar alcanzar tasas de inflación menores a los tres dígitos, para lo cual se ha empleado principalmente la estabilidad del tipo de cambio acompañada con una política de contención del gasto salarial y elevados encajes bancarios. Ello permitió salir de la hiperinflación a comienzos de 2021 al tiempo que la economía registró crecimientos en 2021 y 2022, como resultado fundamentalmente de la recuperación de la producción petrolera y el mayor dinamismo del sector comercial y de servicios y en cierta medida de la industria manufacturera.
El Informe da cuenta de una restricción importante y fundamental para propiciar una expansión fiscal orientada a estimular la economía y sostener el crecimiento. Así, la falta de financiamiento externo y la imposibilidad de utilizar los recursos por US$ 5.100 millones que el FMI asignó a Venezuela en septiembre de 2021 en forma de Derechos Especiales Giro, no permite una intervención de mayor profundidad en el mercado cambiario, factor clave para reducir los actuales niveles de inflación.
Las proyecciones de las principales variables económicas para 2023 apuntan a un crecimiento económico de 3,6%, menor que el estimado en 2022, sin embargo, creo que con la actividad esperada para el segundo semestre podríamos estar en niveles interesantes de crecimiento, por lo que, sin ninguna duda, este año 2023 continuará el crecimiento. En tal sentido, deben hacerse todos los esfuerzos para asegurar que continúe para el 2024 y siguientes y ello, es posible. Una tasa de inflación mayor que la de 2022 en tanto que la producción petrolera se calcula en 753.000 barriles diarios, reflejando un aumento de 63.000 barriles diarios con relación a 2022, mientras que el nivel de exportaciones de crudos se situaría en 683.000 barriles diarios, superiores a los 609.000 barriles exportados en 2022. Sin embargo, lo preocupante es que el precio del crudo Merey, referencia del precio para Venezuela, podría experimentar una declinación hasta US$ 62 por barril en 2023, respecto a US$ 82 por barril en 2022. El 2023 todavía es un año joven y eso está por verse.
Estas estimaciones sin embargo, ponen de manifiesto la urgente necesidad de una política nacional, de consenso, que permita acceder al financiamiento externo, especialmente para los recursos asignados y no utilizados del FMI, que permita igualmente financiar un aumento de los salarios del sector público. Igualmente, debe propiciarse un acuerdo sobre flexibilización para poder financiar un mayor nivel de actividad económica no petrolera y finalmente una política petrolera que, sobre la base de un necesario alivio de las sanciones, permita expandir la extracción de hidrocarburos. Aumentar la producción de petróleo de forma sostenida se torna imperativo tanto por razones estrictamente fiscales y de generación de divisas como para darle oxígeno a la actividad económica que rápidamente responde al mayor nivel de producción de hidrocarburos, ello acompañado de una flexibilización y eliminación de las sanciones. De lograr avances en estos últimos puntos, sin duda se concretaría una mayor inversión extranjera en el sector de hidrocarburos que apuntalaría las necesarias inversiones. También de seguro hay un gran interés en participar en otros sectores.
Al mismo tiempo, la industria manufacturera y la construcción, altamente generadoras de empleos y de efectos encadenantes sobre otros sectores, podrían verse favorecidas si hay una flexibilización en la política financiera de manera tal que los bancos puedan aumentar de manera progresiva su cartera de crédito tanto en moneda local como en moneda extranjera. El financiamiento es vital especialmente para las medianas y pequeñas industrias.
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Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.