Miles de hogares en el suroeste de Colombia volvieron a encender sus tradicionales hornos de leña para preparar sus alimentos, luego de la suspensión del suministro de gas por un daño en la tubería que transporta el combustible.
La situación afecta a más de dos millones de usuarios de los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Cauca, Valle del Cauca y Nariño, después de que la empresa Transportadora de Gas Internacional (TGI) cerrara preventivamente el gasoducto en el paso que va del municipio de Mariquita (Tolima) al Valle del Cauca.
El hecho se da luego de que se registraran temperaturas superiores a los 600 grados centígrados en el tramo de Cerro Bravo, en el departamento del Tolima, lo que podría ocasionar una emergencia en la tubería que lleva el combustible.
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Los expertos que viajaron al lugar no se ponen de acuerdo sobre las razones de las altas temperaturas que afectan al suelo cercano al lugar por el que discurre la tubería que lleva el gas.
Gases de Occidente, empresa que suministra gas a más de 1,3 millones de usuarios en el Valle y norte del Cauca, afirmó que hasta este miércoles se contaba con reservas, pero que ya se acabaron.
«Ahora necesitamos que la ciudadanía nos ayude a cerrar las llaves de paso de las tuberías del gas de sus electrodomésticos para que no haya accidentes mientras se soluciona la crisis», precisa a EFE Pilar Rodríguez, gerente de Gases de Occidente.
Restaurantes, los más golpeados
Uno de los sectores que más sufre el desabastecimiento es el de los restaurantes.
De acuerdo con la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), más de 15.000 establecimientos corren el riesgo de cerrar sus puertas si no cuentan con gas natural, algo que afectaría a 4.000 empleados.
«Otros negocios han optado por comprar cilindros (bombonas) de 40 libras, pero el precio está muy elevado», dijo Brany Prado, vocero de Acodres en el suroeste de Colombia, quien explicó que los precios del combustible se han incrementado hasta en un 170 %, lo que «golpea directamente nuestra industria».
La Asociación Nacional de Industriales de la Panadería y alimentos complementarios (Anipan), dijo a través de su vocero Félix Cipriani, que el 80 % de esos negocios tendrán que cerrar y que solo el 20 % ha podido conseguir gas en pipeta para poder operar.
«Los costos para la producción son muy altos y por eso se prefiere dejar de operar antes que tener pérdidas más grandes, además, ya no se consigue gas en cilindros y los que tienen el cilindro, no tienen el horno adaptado», puntualiza Cipriani a EFE.
El Comité Intergremial del Valle informó que el 40% de las industrias en el departamento podrían frenar sus empresas por la falta del combustible y miles de vehículos de transporte público que operan a gas tuvieron que detener su marcha, pues la gasolina es mucho más costosa.
Ante esta crisis, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, decretó una alerta roja en la ciudad e indicó que hay prioridad en distribuir gas a 42 instituciones de salud como clínicas y hospitales, como también a 525 de 741 comedores comunitarios que operan en los barrios más pobres y la cárcel de Villahermosa.
«Se adelanta un plan de contingencia que también involucra todas las sedes donde hay adultos mayores para garantizar sus alimentos y cuidado», concluye el alcalde de Cali.
EFE