El Vaticano ha sido testigo de un momento histórico con la aparición de la fumata blanca en la chimenea de la Capilla Sixtina, señalando que el Cónclave ha llegado a una decisión: la Iglesia Católica tiene un nuevo Papa.
La Plaza de San Pedro se ha llenado de fieles y medios de comunicación, todos expectantes por conocer el nombre del sucesor de Francisco. El elegido ha contado con el respaldo de dos tercios de los 133 cardenales que participaron en el proceso de votación, reunidos en el Palacio Apostólico desde el miércoles por la tarde.
El periodo de luto oficial, conocido como novemdiales, culminó tras la muerte del Papa Francisco, permitiendo que el Cónclave diera inicio 11 días después del fallecimiento del Pontífice. Aunque el reglamento estipula que la elección debe ocurrir entre 15 y 20 días después de la sede vacante, en esta ocasión se ha adelantado el proceso.
También puede leer: El papa Francisco fallece a los 88 años de edad
Los favoritos para ocupar el trono de San Pedro
Desde el inicio de la deliberación, varios nombres sonaban con fuerza para asumir el liderazgo de la Iglesia. Entre ellos, los cardenales italianos Pietro Parolin, Pierbattista Pizzaballa y Matteo Zuppi, quienes cuentan con amplia experiencia en la diplomacia y administración eclesiástica.
Asimismo, se consideraba la posibilidad de un Pontífice que representara un hito en la historia de la Iglesia, con candidatos como el filipino Luis Antonio Tagle, el congoleño Ambongo Besungu y el ghanés Peter Turkson, quienes habrían sido el primer Papa asiático o africano, respectivamente.
Otros nombres en las apuestas incluían al húngaro Péter Erdő, el francés Jean-Marc Aveline, el sueco Lars Anders Arborelius y el estadounidense Robert Prevost, cada uno con un perfil sólido dentro del Vaticano.
Con el humo blanco surcando el cielo vaticano, ahora la atención se centra en el anuncio oficial. En cuestión de minutos, el cardenal protodiácono saldrá al balcón central de la Basílica de San Pedro para pronunciar la esperada frase en latín: «Habemus Papam», seguida del nombre del nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos.