El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al primer trimestre de 2025, revelando una ligera contracción en la población económicamente activa y estabilidad en la tasa de desempleo, aunque con desafíos en la informalidad laboral y condiciones críticas de ocupación.
Según el informe, la población económicamente activa (PEA) sumó 60.5 millones de personas, una disminución de 172 mil respecto al mismo trimestre de 2024. A pesar de esta reducción, la tasa de desocupación se mantuvo en 2,5%, equivalente a 1.5 millones de personas en busca de empleo.
Por sectores económicos, los rubros con mayor disminución en la ocupación fueron agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, gobierno y organismos internacionales, y la industria manufacturera, mientras que el comercio y los servicios sociales mostraron aumentos en trabajadores.
Informalidad laboral y condiciones críticas de ocupación
Uno de los puntos de preocupación continúa siendo la informalidad laboral, que afecta a 54,3% de la población ocupada, lo que representa 32 millones de trabajadores sin prestaciones ni seguridad social. En detalle, 17 millones de personas trabajan en el sector informal y 7.6 millones en empresas, gobierno e instituciones, sin beneficios formales.
Asimismo, la tasa de condiciones críticas de ocupación (TCCO), que mide a quienes trabajan en horarios extensivos con baja remuneración, se ubicó en 33,6%, lo que refleja una mejoría respecto al 38,1% del primer trimestre de 2024. Este dato indica que un porcentaje menor de trabajadores enfrenta jornadas largas con salarios insuficientes.
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Diferencias por género
El reporte también destaca diferencias por sexo en la participación laboral. La PEA masculina es significativamente superior con 35.8 millones de trabajadores, frente a 24.7 millones de mujeres. Además, el 47,8% de las mujeres ocupadas reciben hasta un salario mínimo, comparado con el 34,8% de los hombres.
Para los próximos meses, el mercado laboral mexicano enfrentará retos importantes en términos de estabilidad y crecimiento. Expertos sugieren que una mayor diversificación de ingresos, programas de formalización del empleo y mejores políticas laborales serán clave para mejorar la calidad del empleo y reducir la informalidad.