Evaluando la retención del IVA en Venezuela (III)

Camilo LondonCamilo London.- Cerrando la serie de tres artículos sobre el tema de la retención del IVA en Venezuela, en los cuales he planteado aspectos relativos a la justificación de su instrumentación como efectivo mecanismo de control de la evasión del tributo, así como también las severas distorsiones que el elevado porcentaje de retención ha causado en los sectores de la industria y del comercio mayorista; en esta última entrega de la trilogía asomo algunos elementos que propongo para lograr la mayor eficiencia del sistema, que atendiendo los fines para el cual se establece, no se constituya en una rémora para el sector productivo del país.

La eficiencia en la recaudación del tributo, así como la protección de la economía nacional, son dos pilares que junto a la legalidad y justicia tributaria en general, conforman la base que desde la Constitución Nacional se impone al Estado en lo atinente al Sistema Tributario. Así, un mecanismo como la retención del IVA debe acatar dichos principios con racionalidad y sin eludirles.

Ya referí en los artículos anteriores que la retención del IVA aporta significativos avances para la mayor recaudación del tributo, imprimiendo un control relevante a la evasión del impuesto,  por cuanto cada agente de retención garantiza al Tesoro Nacional la percepción del IVA, que en determinados proveedores de éstos resulta muy costoso  y de difícil control por parte de la Administración Tributaria por medio de los procedimientos ordinarios de verificación y fiscalización.

Pero la retención del tributo podría ser inclusive mucho menos relevante que la valiosa información que estos agentes reportan a la Administración Tributaria sobre las operaciones de ventas y prestación de servicios de los sujetos objeto de la misma, cuando el agente de retención presenta declaración informativa que detalla las operaciones económicas realizadas con sus proveedores. Es allí donde la eficiencia del sistema tiene mayores niveles de desarrollo potencial, siempre que la Administración Tributaria cuente con los recursos para instrumentar a partir de allí inteligentes algoritmos de control sustentados, por ejemplo, en los protocolos de Big Data.

Puedo afirmar que si hablamos de mayor eficiencia en la recaudación, la misma está determinada por la inteligencia y no por la fuerza bruta. Esta última actualmente se manifiesta por medio un elevado porcentaje de retención carente de la más mínima racionalidad económica, que mientras mayor resulta, mayor recaudación genera en favor de las arcas públicas, pero al alto costo de obligar a los contribuyentes ordinarios del IVA del sector industrial, del comercio mayorista e intermediarios en general, a pagar más IVA del que les corresponde por Ley, para después imponerles el viacrucis de la recuperación de dichos montos.

No resulta nada inteligente asfixiar al sector productivo con los elevados costos de la tardía recuperación de retenciones de IVA no descontadas que se acumulan por efecto del elevado porcentaje de retención. Lejos de corregir el problema, la recuperación del IVA solo agrava al mismo.

El sistema tributario debe propender a elevados niveles de gerencia y sobre todo, con una clara comprensión de los fundamentos jurídicos y operativos del mismo. La mayor eficiencia de dicho sistema, por lógica elemental, redunda en una mayor recaudación inspirada en el fortalecimiento de la cultura tributaria y el riesgo subjetivo para el contribuyente con valoración en la capacidad de la Administración Tributaria de desarrollar la inteligencia fiscal como piedra angular del control. Contrario a ello, tenemos que las tácticas de amedrentamiento y las distorsiones en la neutralidad del IVA, solo abren las puertas a las desviaciones de poder, que luego atentan contra la propia recaudación tributaria y la economía de todo el país.

El problema está identificado ya, se trata de un elevado porcentaje de retención del IVA que actualmente es del 75% al 100% del débito fiscal causado; y un anacrónico sistema de recuperación del importe de retenciones no descontadas que es caldo fértil para que germinen reprochables prácticas. Por otra parte, ya sabemos que la solución no está en mejorar el procedimiento de recuperación del tributo, porque es quimera sin un cambio profundo de la ética y eficiencia de todo el aparataje burocrático del Estado venezolano, sino evitar el problema, es decir, que los pagos anticipados a cuenta del tributo por vía de retención no sean sistemáticamente mayores al de la obligación tributaria definitiva del contribuyente.

La solución, sin embargo no es solo bajar el porcentaje de retención del IVA, sino además hacer más eficiente al sistema tributario con la instrumentación de una mayor inteligencia fiscal, comprendida como la utilización de herramientas y procesos de análisis de datos a partir de las declaraciones informativas que formulan los agentes de retención, para propiciar el cumplimiento voluntario de la obligación tributaria material. Para lograr este fin, la factura electrónica jugaría también un papel relevante.

 

@SoyCamiloLondon

 

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