Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aseguró que América del Sur ha tenido una mejora notable en la lucha contra el hambre.
África sigue siendo la región más afectada, con el 20,4% de la población aquejada por el hambre, mientras que en América del Sur es 6,2% de la población.
«Es crucial estudiar con detalle qué está sucediendo. Si comparamos África con América del Sur, una diferencia clave que observamos es que América del Sur invierte una parte importante de sus recursos en programas de protección social. Gracias a estos programas bien desarrollados, se pueden realizar intervenciones focalizadas y eficientes para aliviar el hambre con eficacia y rapidez», dijo Torero en una entrevista concedida a la FAO.
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En el caso de África, indica que no han detectado la capacidad necesaria para ejecutar programas de protección social específicos que resulten eficaces. Además, esta región se ha visto afectada de manera desproporcionada por los conflictos, el cambio climático y las ralentizaciones económicas, y actualmente es la región que comprende más países en situación de crisis alimentaria derivada de esas tres causas principales, siendo el conflicto el factor principal.
Resaltó que una de las lecciones que deben aprender de América Latina, y en particular de América del Sur es que Brasil, Colombia, Perú y Chile cuentan con sistemas de protección social sólidos que les permiten reaccionar con rapidez a los cambios y focalizarse de forma eficaz en los recursos financieros que tienen a su disposición, lo que resulta especialmente importante debido a las limitaciones financieras que enfrentan todos los países.
«Al adoptar su enfoque de forma eficaz, esos países pueden centrarse en las poblaciones más vulnerables. Además, en comparación con otras partes del mundo, la región se está recuperando con rapidez de la pandemia de la COVID-19, factor determinante que explica los cambios positivos que observamos en esos lugares. Hablamos de que más de 5 millones de personas han dejado de pasar hambre durante los últimos tres años».
Afirmó que se trata de un avance positivo importante que recupera los niveles previos a la COVID-19 en la región, que es precisamente su objetivo.
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