Holanda y su revolución liberal
Raúl Torrico.- Fareed Zakaria – presentador dominical de CNN – dedica su reciente libro en lo que a su juicio son las principales revoluciones desde el año 1600 hasta el presente concediendo el primer lugar a Los Países Bajos (Holanda) para luego pasar a las Revoluciones Francesa, Inglesa, Británica Industrial y Americana Industrial, dejando claro que no cubre todas las revoluciones sino aquellas que guardan estrecha relación con el presente.
En 1568, Holanda era apenas un rincón pantanoso perteneciente a España situado en el norte de Europa y estaba constituida por un conjunto de provincias unidas denominadas los Países Bajos. No obstante, ya en 1588 era la república de Holanda y sus habitantes trabajaban para crear un sistema económico, político y social que en los siguientes doscientos años la llevaría a ser la nación más rica del continente europeo.
¿Por qué Holanda lo logró y no los otros grandes imperios como Francia, España y el Imperio Otomano de Turquía? La respuesta se encuentra en que solo en esa pequeña república se concentraron tres eventos de cambio determinantes:
- La Globalización que impulsó la era del comercio,
- Las Innovaciones en finanzas (crédito) y tecnología (molinos de viento) y
- La Reforma que trajo el protestantismo, el cual provocó una revolución en la identidad del pueblo.
Geográficamente, Holanda desde sus inicios se vio obligada aceptar que el manejo de las aguas del mar sería crítico para su supervivencia, por lo que se planteó ganar “tierras” al mar mediante obras de ingeniería denominadas POLDERS. La consecuencia fundamental de esta acción fue que el país no desarrolló feudalismo, sino que los campesinos libremente tenían el control de las tierras justamente porque habían rescatado esas tierras del mar. Esto no sucedió así con el resto de los países del continente que sí disponían de grandes extensiones de tierras para la agricultura administrándose como feudos que eran trabajados por vasallos del señor feudal.
En resumen, mientras los vecinos europeos se caracterizaban por poseer vastos terrenos para la agricultura gobernadas por un poder central (Rey), los holandeses se definían como gente urbana de tal forma que el país era una colección de ciudades con industrias, comercio y transporte.
La Globalización se dio en lo económico y el comercio siempre acompañado por las Innovaciones en las finanzas y la tecnología que contribuyeron, por ejemplo, aportando grandes aserraderos (gracias a los molinos de viento) para el desarrollo de una gran flota naviera que permitía el flujo de dinero, mercancías e ideas; en su momento, ¡¡la flota mercantil de Holanda superó en número a la de Francia, Inglaterra, Escocia, España, Portugal y Santo Imperio Romano todas sumadas!!
El gobierno holandés acompañó siempre a la iniciativa privada. La economía se democratizó a través de la Bolsa de Valores de Ámsterdam que vendía acciones al público para así acumular capital que luego sería invertido; en definitiva, Holanda fue conocida no por sus castillos y cañones sino por sus bancos y comerciantes.
Justamente en este sentido resultó esencial el fenómeno religioso protestante para crear la identidad del pueblo holandés. El protestantismo divulgado por Martín Lutero insistía en la razón individual unida a la ciencia. Acertadamente, lo resumió el célebre sociólogo Max Weber cuando subrayó que el éxito del norte de Europa se debió a la Ética Protestante, la cual se convirtió en un refugio para las mentes independientes y para aquellos que disentían de la religión, especialmente la católica que insistía en imágenes de reliquias y santos. Esto motivó que el norte de Europa rompiera con Roma y se liberara de ataduras inútiles para lograr una vida más plena.
Es necesario añadir que la descentralización constituyó algo clave para el desarrollo del país. Las autoridades locales tenían el verdadero poder al punto que cualquier provincia podía derogar una ley nacional; todo esto contrastaba enormemente con los estatistas y centralizados sistemas de los imperios continentales.
El país no tenía políticas dictadas por un Rey que representaba la Casa Naranja (esa Casa tenía y tiene poco poder, por lo que se considera más una dinastía política que una dinastía Real) sino que practicaba el libre mercado, libre comercio y pluralismo religioso. En verdad, era muy evidente la prosperidad hacia afuera, pero hacia adentro el país se estaba desestabilizando en virtud de la rápida velocidad de los cambios de forma tal que mucha gente añoraba volver a la normalidad.
Mientras tanto, Francia con Louis XIV como Rey detestaba a los holandeses por ser republicanos tolerantes y comerciantes, entonces trató de resolver el problema planteado declarándole la guerra.
Holanda sobrevivió a dicha guerra a un precio muy alto ya que para defenderse de la invasión francesa decidió inundar el país rompiendo los diques de contención para frenar dicha invasión. El año 1672 fue conocido como el año del desastre (Rampjaar) y de varias maneras significó el fin de la era dorada holandesa.
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Economista de dilatada trayectoria en la banca venezolana; especializado en el «Crédit Agricole » de Francia. Secretario General Adjunto de la Alianza Francesa de Vzla en los 90. Articulista de medios impresos como Orbita-Bip con «La última batalla del Bank of America» y Plaza Unión con «Codicia y Castigo en Wall Street».