El ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo este martes que en la reunión esta semana con sus homólogos de los países del G7 planteará que se estudien medidas para hacer frente a la fuga de depósitos bancarios ante la digitalización.
«El entorno que rodea al sector financiero está experimentando un gran cambio debido a las redes sociales y la banca en línea, por lo que considero que éste es un tema común que enfrentan Japón y otros países, y creo que es necesario un debate internacional«, dijo Suzuki este martes en Tokio en un comité parlamentario.
El ministro japonés de Finanzas se refirió concretamente a la rápida salida de depósitos hacia la proliferante banca por internet, así como a la reciente serie de quiebras de entidades financieras estadounidenses, entre ellas Silicon Valley Bank y First Republic Bank, o la crisis del suizo Credit Suisse.
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Los problemas de la banca han sembrado incertidumbre sobre los mercados financieros, las economías nacionales y la recuperación económica tras el impacto de la covid-19 en mitad de una alta inflación, lo que habría motivado a la presidencia japonesa del G7 a poner sobre la mesa más puntos de interés en la agenda de Finanzas.
Aunque Suzuki reiteró que las turbulencias bancarias en Estados Unidos y Europa no han tenido un impacto significativo en Japón, recordó que «la economía interna y externa están ligadas global y mutuamente», y que Tokio sigue vigilando la evolución de la situación y la liquidez de sus instituciones financieras.
El titular nipón de Finanzas espera que durante la reunión con sus homólogos del G7 que tendrá lugar en la ciudad japonesa de Niigata entre los próximos días 11 y 13 y que también incluye a los gobernadores de bancos centrales de estas potencias, se debatan las lecciones aprendidas de la cadena de colapsos bancarios y se estudien medidas adecuadas para abordar situaciones similares.
Estos temas se sumarán a otros ya previstos con anterioridad para la agencia del encuentro, que incluye el apoyo financiero a Ucrania y las sanciones a Rusia por su invasión del país vecino, los problemas de deuda de países de renta baja y media, y el fortalecimiento de la resiliencia financiera global ante retos comunes como el cambio climático y la digitalización financiera.
EFE
