Kamala Harris aceptó este jueves 22 de agosto la nominación presidencial demócrata con un mensaje de unidad durante la Convención Nacional de su partido que se celebra en Chicago, publicó Deutsche Welle.
«En nombre del pueblo, de cada estadounidense, sin importar el partido, la raza, el género o el lenguaje que su abuela hable, acepto la nominación», dijo la vicepresidenta, de 59 años, al prometer guiar al país hacia «un nuevo camino».
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«Seré la presidenta que nos una en nuestras mayores aspiraciones», afirmó la abogada en el discurso más importante de su carrera.
Harris, vestida con traje azul marino, color del partido demócrata, agradeció al presidente Joe Biden el apoyo a su candidatura tras abandonar la carrera hacia la reelección.
«El camino que me trajo aquí fue, sin dudas, inesperado», dijo Harris ante los más de 5.000 delegados del Partido Demócrata que la nominaron. «Pero los giros improbables no me son desconocidos».
Harris rindió homenaje a sus padres como fuerzas inspiradoras que marcaron su trayectoria, y habló de sus orígenes en su natal California, como hija de inmigrantes (su padre es jamaiquino y su madre era india).
La vicepresidenta vivió una noche de gloria en el United Center, casa de los Chicago Bulls y los Chicago Blackahawks, vitoreada por decenas de miles de personas.
En un tono anclado en la unidad nacional, Harris abordó asuntos como la migración y la política internacional estadounidense.
Prometió reformar «el fracturado sistema migratorio» del país y no caer en la disyuntiva de elegir entre una frontera segura o un esquema para enfrentar la migración más humanitario.
«Sé que podemos llevar con orgullo nuestra herencia como una nación de inmigrantes. (…) Podemos crear un camino a la ciudadanía y asegurar nuestra frontera», dijo, refiriéndose a un espinoso tema para la administración de Biden.