Los bancos y su historia (primera parte)

Daniel LahoudDaniel Lahoud.- El sistema bancario es complejo en todos los sentidos, y tiene su origen en la noche de los tiempos. Según los arqueólogos, las primeras manifestaciones de operaciones de crédito surgieron en el 3000 antes de cristo, incluso antes de la invención de la moneda, quizá en la civilización Acadia, la segunda civilización de la antigua Mesopotamia. Puede sonar extraño, que no existía moneda y existía crédito, pero es así. La moneda surge aproximadamente en el 900 antes de Cristo, pero si había crédito, es porque los seres humanos tenían conceptos monetarios y estos surgieron de la misma actividad comercial, que los obligaba a establecer precios, y en última instancia hacer esos contratos en forma de tablillas en las que se prestaban mercancías a un plazo definido y estos contratos establecían la cancelación de una tasa de interés por los préstamos.

Generalmente, estos préstamos, al igual que los precios se tasaban con cantidades de algún metal (generalmente plata) y en pesos precisos, el más utilizado, de manera curiosa es uno denominado gur, que equivalía aproximadamente a 30 gramos (es decir una onza) y esa quizá es la razón por la que todavía se utiliza esa medida, la onza troy en los mercados de metal. No era una moneda, y tampoco era emitida por los reyes, sino que era el uso común, de las personas.

Los créditos también eran particulares, las personas se prestaban mercancías como dijimos y esto era producto de la misma actividad crediticia, por lo que en la medida que los bancos fueron surgiendo, lo ocurrieron a partir de la misma actividad comercial. Hubo en Grecia y probablemente en Fenicia, pero de esto último no hay precisión por falta de documentación, personas que se dedicaban a esta actividad de aceptar depósitos y colocarlos en préstamo, el nombre más común que le daban era trapezitas, entre otras porque utilizaban mesas denominadas trapezas, estos eran privados o a veces, instituciones como templos, lo que relacionaba la religión con la actividad bancaria.

En Roma también, que adoptaron la forma de esta civilización, había esclavos y clientes que trabajaban para sus patrones en la actividad del depósito y el préstamo, quizá uno de los mas famosos fue Calixto, quien además era cristiano, esclavo de otro cristiano Carpóforo, quien contaba con importantes recursos, y buenas conexiones políticas, en la práctica romana Carpóforo le prestó el capital a Calixto quien actuó como banquero para la comunidad cristiana de Roma, lo que nos indica que los cristianos en aquel tiempo se dedicaban a las actividades comerciales y artesanales. Pero Calixto fue famoso porque además quebró y trató de escapar de sus responsabilidades ante su amo y sus clientes, al final fue atrapado y llevado a trabajar forzadamente en Cerdeña, de la cual fue liberado, y hay bastantes asuntos extraños en la historia de este personaje, porque al ser liberado se le otorgó una pensión vitalicia, y luego ya en la madurez, fue elevado a diácono de la iglesia, y llevado a Roma donde terminó a la edad de 65 años convertido en el décimo sexto papa (obispo de Roma). Es además, curioso, porque es el segundo papa que figura como mártir, ya que falleció ejecutado a bastonazos y su cuerpo arrojado al Tiber, desde la edad media fue venerado como Santo y es patrono de los enterradores, no de los banqueros.

Lentamente la misma iglesia fue transformando la actividad de crédito y depósito en pecado y así fue en la Edad Media, en la que los únicos que practicaban legalmente esta actividad fueron la orden templaria. Estos contribuyeron a la conformación de un sistema bancario internacional, porque cuando alguien iniciaba una peregrinación podía depositar su dinero en algún castillo templario y retirarlo en otro en su peregrinación. Además, otorgaban préstamos, bajo la figura del mutuo (mutuum en latín) de hecho, como ya estaba prohibido canónicamente el interés, este contrato le venía al dedo a los templarios, cuando alguien depositaba, eso se constituía en un mutuo pasivo y cuando alguien solicitaba un préstamo eso se contabilizaba como un mutuo activo y los intereses en ese tipo de contrato se denominan premio, por lo que la palabra interés no aparecía y se liberaba la sospecha de usura, aunque ésta no desaparecía. Pero los préstamos de los templarios eran terribles, puesto que algunos como el que otorgaron a Luis IX rey de Francia (San Luis) para ser liberado tras su derrota en la séptima cruzada, era un préstamo perpetuo, de hecho éste préstamo fue agrandado, hasta la quiebra del reino de Francia por el hijo de Luis, Felipe III (el calvo), y con la finalidad de sanear las finanzas exhaustas de su padre y abuelo, Felipe IV (el hermoso), ya que a la muerte del papa Bonifacio VIII logró que nombraran dos papas franceses y el segundo, Clemente V cedió a los deseos de Felipe, quien logró la extinción de la orden, así se pudo apoderar de las riquezas de los templarios en Francia, pero no solo eso Felipe expropió a los Banqueros Lombardos y a los Judíos (quienes no eran banqueros) para beneficio del reino.

 

@daniellahoud

 


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