Las medidas que la Unión Europea (UE) podría adoptar en respuesta ante el episodio de aranceles de la nueva Casa Blanca se centran en la defensa de la competencia y en aplicar aranceles específicos, pero también podrían entrar en juego los presupuestos de Defensa, según han sugerido expertos con los que ha hablado Euronews.
Tras atacar inicialmente a México, Canadá y China, la UE aparece ahora en el punto de mira de Donald Trump, ya que el presidente estadounidense calificó la semana pasada de «atrocidad» al bloque y a su superávit comercial. Sin dejar de repetir que el comercio entre Estados Unidos y la UE beneficia a ambos bloques, con un superávit en bienes de 155 mil 800 millones para los europeos y de 104 mil millones en servicios para los estadounidenses, la UE afina su estrategia y revisa sus armas comerciales.
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«Podrían aplicarse aranceles específicos a bienes de consumo cotidianos, como los vaqueros, como hizo la UE en 2018», explica Elvire Fabry, experta del Instituto Delors. «No apuntaríamos a productos farmacéuticos o componentes que no puedan obtenerse en otro lugar».
En 2018, durante su primer mandato, Trump ya lideró la carga contra los europeos con aranceles al acero (25%) y al aluminio (10%). Europa tomó represalias gravando el whisky Bourbon, las Harley-Davidson y otra serie de productos, apuntando a los estados donde Trump tuvo más votantes en las elecciones presidenciales. Los aranceles se suprimieron bajo la administración Biden, pero sólo hasta marzo de este año.
Marzo será decisivo para las conversaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos. No solo se acaba la tregua sobre el conflicto comercial del acero y el aluminio, sino que antes del 25 de marzo la Comisión debe decidir si Alphabet (propietaria de Google), Apple y Meta cumplen la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés). Esta histórica normativa digital es la bestia negra de los gigantes tecnológicos, los cuales parecen haber prestado todo su apoyo al presidente republicano en este segundo mandato.
¿Un instrumento contra la coacción trumpista?
«Más allá de las cuestiones de déficit comercial, está el enfado de Trump con las regulaciones europeas. Su ataque puede ser más estructural. Entraríamos entonces en el terreno de la coerción económica», señala Elvire Fabry.
Desde 2023, los europeos disponen de un arsenal anti-coerción para proteger a la UE de chantajes de terceros países. Si fracasa el diálogo con la administración Trump, la normativa incluye restricciones para participar en licitaciones públicas, a la concesión de licencias o, por ejemplo, al comercio de servicios.
El ‘Financial Times’ ha informado de que la Comisión Europa sí está preparando esto como respuesta, citando a funcionarios comunitarios con conocimiento de los planes. «Haríamos bien en apuntar a la dependencia digital estadounidense del mercado europeo», valora Fabry, añadiendo: «La UE también podría contraatacar con la concesión de licencias al sector de los servicios digitales. El acceso a los datos es esencial para los estadounidenses. Esto es oro negro».
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