Moody’s rebaja la calificación de EEUU y lo excluye del exclusivo grupo triple A

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Moody’s bajó el viernes 17 de mayo un escalón la calificación crediticia de Estados Unidos, de «Aaa» a «Aa1», argumentando que el aumento de la deuda y de los intereses «son significativamente superiores a los de (emisores) soberanos con calificaciones similares».

«Las sucesivas administraciones y el Congreso de Estados Unidos no han logrado un acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de grandes déficits fiscales anuales y los crecientes costos de los intereses», dijo Moody’s en un comunicado.

Moody’s era la última de las principales agencias de calificación que mantenía la máxima calificación, triple A, para la deuda soberana estadounidense, pero había bajado la perspectiva a finales de 2023 debido al aumento del déficit fiscal y del pago de intereses.

El viernes, la agencia cambió su perspectiva para Estados Unidos a «estable» desde «negativa», tras la baja.

Normalmente, una agencia «resuelve» sobre una perspectiva en 18 a 24 meses, por lo que era probable una actualización de la calificación de Estados Unidos en algún momento de este año.

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Sin convencer a inversores

El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, reaccionó a la rebaja a través de una publicación en las redes sociales, criticando especialmente al economista de Moody’s, Mark Zandi. Llamó a Zandi un oponente político de Trump, mientras que Zandi se negó a hacer comentarios al respecto.

Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ha dicho que equilibrará el presupuesto, mientras que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha dicho repetidamente que la administración actual apunta a reducir los costos de financiación del gobierno de Estados Unidos.

Pero los intentos de la administración de aumentar los ingresos y reducir el gasto hasta ahora no han logrado persuadir a los inversores.
Los intentos de Trump de recortar el gasto a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk han quedado muy lejos de sus objetivos iniciales. Y los intentos de aumentar los ingresos mediante aranceles han suscitado temores de una guerra comercial y una desaceleración global que están agitando los mercados.

Si no se controlan, esas preocupaciones podrían provocar una caída del mercado de bonos y obstaculizar la capacidad del gobierno para llevar adelante su agenda.

Con información de Reuters.