Un nuevo informe advierte que solo la mitad de las mujeres en el mundo accede a alguna forma de protección social y llama a políticas integradas para revertir esta realidad.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre la persistente desigualdad de género en el acceso a la protección social a nivel mundial, y subrayó la necesidad urgente de diseñar políticas públicas con enfoque de género. Así lo establece el informe «Hacer que la protección social funcione para la igualdad de género: ¿Qué aspecto tiene?», presentado recientemente en una mesa redonda en línea.
El estudio destaca que solo el 50,1% de las mujeres a nivel mundial tiene acceso a algún tipo de protección social, frente al 54,6% de los hombres. Las brechas se amplían cuando se considera la cobertura legal completa: solo el 28,2% de las mujeres la recibe, comparado con el 39,3% de los hombres. Estas disparidades se vuelven más preocupantes frente a crisis globales como el cambio climático, los conflictos armados y las pandemias, que suelen afectar con mayor dureza a mujeres y niñas.
Protección social sensible al género: una visión de ciclo de vida
El documento de la OIT propone un enfoque de ciclo de vida, que contempla las necesidades y riesgos específicos que enfrentan las mujeres en cada etapa de su vida, desde la infancia hasta la vejez. Según explicó Shahra Razavi, directora del Departamento de Protección Social Universal de la OIT, las políticas actuales suelen limitarse a prestaciones de maternidad o asistencia social, dejando de lado otros riesgos como el desempleo, la informalidad laboral o la falta de servicios de cuidado infantil.
«Las políticas de protección social deben colocar la igualdad de género en el centro de las discusiones si quieren funcionar realmente para las mujeres«, afirmó Razavi. “No se trata solo de entregar dinero en efectivo, sino de entender las múltiples barreras estructurales que enfrentan las mujeres en su día a día”, agregó.
Hacia políticas integradas y sostenibles
Durante la presentación, distintos expertos coincidieron en que la protección social no puede considerarse aisladamente, sino como parte de un sistema integrado de políticas públicas. Esto incluye políticas laborales, fiscales, de cuidados y de formalización laboral, con el objetivo de garantizar el acceso efectivo y sostenido a derechos y servicios.
El economista James Heintz, de la Universidad de Massachusetts, advirtió sobre las contradicciones de muchas políticas fiscales: “Con frecuencia se prioriza la consolidación fiscal, lo que termina implicando recortes en la protección social, afectando precisamente los objetivos de desarrollo que se pretende proteger”.
Por su parte, Laura Alfers, de la red WIEGO, remarcó que los trabajadores de la economía informal necesitan enfoques integrados que vinculen la protección social con estrategias de mejora de ingresos y transición hacia empleos formales.
Finalmente, la investigadora Deepta Chopra, del Instituto de Estudios sobre Desarrollo de la Universidad de Sussex, hizo un llamado a ampliar el enfoque: “Si hablamos de derechos, debemos ver a las mujeres no solo como madres o trabajadoras, sino como ciudadanas plenas”.
Un llamado a la acción
El informe concluye que fortalecer la protección social con perspectiva de género es clave para avanzar hacia la igualdad, mejorar las condiciones de vida de millones de mujeres y construir sociedades más justas, resilientes y sostenibles. Para lograrlo, será necesario un compromiso político firme, inversión sostenida y coordinación intersectorial en todos los niveles de gobierno.
Fuente: OIT