Repsol acuerda con la china Sinopec comprar activos británicos compartidos

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La petrolera española Repsol ha alcanzado un acuerdo de 2.100 millones de dólares (1.903 millones de euros) para hacerse con el capital que aún no tenía de la sociedad compartida con la china Sinopec en Reino Unido y acabar, así, con los litigios que mantenían desde hace años, al tiempo que crecerá en un mercado, el británico, estratégico para ella.

Así lo ha detallado este viernes Repsol en una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el regulador español, difundido tras el cierre de los mercados, en el que detalla también que espera cerrar a finales de año esta compra de la totalidad de RSRUK.

Repsol, con un 51%, y Sinopec, con el 49% restante, son los actuales accionistas de Repsol Sinopec Resources UK (RSRUK), dedicada a la exploración de petróleo y gas en el Mar del Norte. Tras este acuerdo -sujeto aún al cumplimiento de algunas condiciones-, la firma española pasará a controlar el 100% de esta «joint venture».

Según ha detallado Repsol, la operación supondrá una salida de caja de su balance de 1.100 millones de dólares (997 millones de euros) que, sin embargo, no tendrá un impacto significativo en su cuenta de resultados, puesto que ya lo tenía provisionado en su mayoría.

Una vez se cierre la operación, Repsol y Sinopec suspenderán inmediatamente el largo procedimiento arbitral en relación con la adquisición por Sinopec de su participación en RSRUK al grupo canadiense Talisman (que fue adquirido posteriormente por Repsol).

«Repsol y Sinopec continuarán su amplia colaboración estratégica, incluida la que desarrollan a través de su empresa conjunta en Brasil», ha querido aclarar la firma española.

Una firma escocesa de explotación de crudo y gas

Con sede en Aberdeen, Escocia, RSRUK cuenta con 11 instalaciones de producción de crudo en el mar conectadas a 48 campos en el Mar del Norte, 38 de ellos operados. Además, controla dos terminales en tierra. Su producción actual es de aproximadamente 40.000 barriles equivalentes de petróleo al día (bep/d), de la que el 40% es gas.

La compra de estos activos permite a Repsol crecer en el Reino Unido y además avanzar en su estrategia de upstream (exploración y producción), centrada en la consolidación y el crecimiento de su cartera de producción en países de la OCDE.

Además, al tener el 100 % de la sociedad, podría acelerar la creación de valor en esos activos, a través de una mayor eficiencia en la toma de decisiones, mayores sinergias con otras áreas del grupo y el desarrollo de proyectos tanto de producción como de descarbonización y transición energética.

Además, RSRUK cuenta con cuatro proyectos para el desarrollo de nueva producción de petróleo y gas que permitirán abastecer a la Unión Europea, cuyo déficit de hidrocarburos se ha visto agravado por la guerra de Ucrania.

Igualmente, RSUK desarrolla uno de los primeros proyectos de hidrógeno verde en Reino Unido en la terminal de Flotta (Escocia).

Este acuerdo se ha hecho público un día después de que Repsol anunciara que en el primer trimestre del año ganó 1.112 millones de euros, un 20,1% menos que un año antes por la caída del precio del crudo. También anunció que prevé distribuir al menos 2.400 millones entre sus accionistas durante este año.

El conflicto se remonta a 2016

En 2016, Sinopec y Addax, ambas de titularidad del Gobierno chino, formalizaron una demanda de arbitraje contra Talisman Energy, que se había integrado en Repsol un año antes, por 5.500 millones de dólares (unos 4.900 millones de euros).

En concreto, las empresas reclamaban a Talisman esa cantidad en concepto de inversiones realizadas en la sociedad conjunta Tseuk.

Los hechos tuvieron lugar en 2012, antes de la adquisición de Talisman por Repsol en 2015, por lo que, según ha defendido durante estos años la petrolera española, no implica acción alguna llevada a cabo por ellos mismos.

En noviembre de 2017, Repsol comenzó otro procedimiento contra China Petroleum Corporation y TipTop Luxembourg reclamando una indemnización por los perjuicios que pueda sufrir como consecuencia de cualquier decisión adversa en el arbitraje iniciado por Addax y Sinopec, junto a otros daños no cuantificados.

EFE