Apuntes de una Cuarentena: Decisiones / Yulimar, Daniel y la épica olímpica

Luis Gerardo GarcíaLuis Gerardo García.- La última fuese Citibank, anunciando que después de más de cien años ya no tendría representación en Venezuela. Pero antes fue Kellogg’s, y antes Clorox, y Cargill, e innumerables compañías petroleras. Periódicamente recibimos noticias sobre compañías transnacionales que deciden cerrar operaciones en el país; en algunos casos hacen procesos ordenados de venta de sus activos (Cargill); en otros, hay una venta de una participación significativa a un operador local (Gruma) y, en ciertos casos muy noticiosos, sencillamente cierran sus operaciones y cesan al personal (Clorox).

No es muy complicado asociar el éxodo de grandes compañías al deteriorado clima de negocios del país. La pesada carga administrativa asociada al registro y mantenimiento legal de empresas, las cargas tributarias que afectan el flujo de caja de una compañía, la gran cantidad de regulaciones en sectores considerados “estratégicos” o “prioritarios” y las consideraciones laborales son factores que pesan negativamente en los rankings, y que son las principales causas por las que Venezuela consistentemente aparezca en los últimos lugares de estos.

Negar las complicaciones de crear y mantener compañías privadas en el país no resuelve los problemas – por el contrario, tiende a diferir las soluciones y enmascarar las situaciones, dando a veces una sensación falsa de seguridad. En este sentido, hay decisiones que bien pueden tomar los gobiernos (nacional, estadales o municipales) para simplificar los trámites o reducir las cargas burocráticas; ejemplo de ellas son la Ventanilla Única de Comercio Exterior o el proceso de registro automatizado de empresas del SAREN, iniciativas loables ejecutadas recientemente por el Gobierno.

Por otro lado, adscribir únicamente a razones externas las razones de una compañía para decidir cerrar operaciones en un país también es simplista. Más allá de la facilidad de hacer negocios en el país, lo importante para una corporación es la rentabilidad de la operación, y si la misma no es la requerida, pues la decisión corporativa es sencilla. Un claro ejemplo de esto es, para mí, la decisión de Cervecería Nacional de cerrar sus operaciones en Venezuela, un país donde el consumo de cerveza per cápita es de los más altos del mundo. Obviamente el entorno local en 2013 era retador, y no es necesariamente reprochable el cierre de Cervenal, pero se me hace difícil pensar que ellos no hubieran podido capturar un mayor market share del mercado local de cerveza (y por ende, alcanzado una rentabilidad respetable) usando las mismas herramientas con las que Cervecería Regional se hizo con un tercio del mercado a finales de los años 90.

En resumen, la decisión de una corporación de cesar sus operaciones suele ser más complicada y tener ambas razones que el simple hecho de un entorno operativo difícil. Sin embargo, esto no debe distraer del hecho de que los responsables de hacer que el entorno de negocios local sea más atractivo al sector privado tienen en sus manos la capacidad de mejorarlo, y en el caso venezolano, con medidas pequeñas pero significativas.

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Escribo estas líneas mientras veo como todo un país da un salto récord de 15,67 metros junto a Yulimar Rojas. Hace un rato me había tomado un café enterándome que, mientras dormía, Daniel Dhers hacía historia con una medalla de plata en BMX. A principios de semana nos emocionamos con Julio Mayora y Keydomar Vallenilla levantando, más que unas pesas, el ánimo de toda una nación.

Cada cuatro años nos sentamos frente al televisor y vemos a modernos gladiadores pelear (en sentido figurado, aunque a veces en la realidad) mientras nos imaginamos historias de heroísmo y lucha contra la adversidad. La verdad suele ser más prosaica, y estas “luchas heroicas contra la adversidad” suelen venir precedidas por rutinas de entrenamiento especializado monitoreadas por equipos multidisciplinarios en centros deportivos de alta tecnología. Aun así, yo elijo creer en la ética, y mucho más en estos tiempos tan difíciles; por eso, felicitaciones a todo el equipo olímpico venezolano, que nos ha dado grandes satisfacciones – eso sí, mientras dormimos.



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