Apuntes de una Cuarentena: ¿Y 2022?

Luis Gerardo GarcíaLuis Gerardo García.-  2021 terminó hace ya dos semanas y media, tiempo suficiente para revisar cómo fue el año, comparado con nuestras expectativas (sobre las que escribimos en https://finanzasdigital.com/apuntes-de-una-cuarentena-que-esperar-para-2021/):

  • Al principio de 2021 considerábamos que la dolarización avanzaría fuertemente. Una visión subjetiva mostraría que, efectivamente, una parte mayoritaria de las transacciones hechas el año pasado lo fueron en moneda dura o tuvo como referencia el dólar.
  • Una derivación es que ahora tenemos más formas de pago que sustituyen o complementan al efectivo. No es sólo un mayor uso del Zelle, Venmo o Paypal, sino la mayor amplitud en la recepción de tarjetas internacionales o cuentas custodia locales con mayores capacidades transaccionales. A pesar de ello, el efectivo sigue siendo el medio de pago más usado en el país por la baja penetración de estos nuevos medios de pago en los estratos más bajos de la población.
  • En enero de 2021 creíamos que las captaciones de depósito en moneda dura aumentarían. Esto es difícil de determinar, principalmente porque no hay estadísticas oficiales al respecto. Pero, por otra parte, hay una distinción regulatoria importante: las captaciones en moneda dura son hechas, no por “depósitos” tradicionales, sino por entregas a cuentas custodia. En este sentido, mi predicción puede considerarse “tablas” aunque el monto de depósitos de la Banca no haya crecido sustancialmente en términos de dólares.
  • Si bien el mercado de valores vio una mayor actividad en instrumentos dolarizados (o indexados), no estuvo cerca de los niveles que avizorábamos a principios de enero 2021. También los vencimientos se distendieron, pero no en los niveles que creíamos. Esto sugiere que el deseo de cobertura por parte de los oferentes de dinero no está tan afianzado como pensábamos, y los rendimientos todavía no son tan atractivos como para persuadir a dichos oferentes a aceptar plazos más largos.
  • Si vimos mayor número de participaciones público/privadas, en las que entes privados toman un rolo protagónico en el manejo de empresas estatales. Aún nos falta ver, sin embargo, mayor participación en industrias de mayor envergadura, como las empresas básicas de Guayana.
  • Finalmente, también atestiguamos una mayor incidencia de startups locales (y de empresas tecnológicas venezolanas en el extranjero). Desde nuestra tribuna se ha convertido en una suerte de hobby hacerle seguimiento al capital de riesgo y su impacto en las empresas venezolanas, como Yummy o Kavak.

Es difícil determinar si 2021 fue el inicio de una tendencia positiva o, si, por el contrario, el pasado año es un outlier con relación al pasado reciente. Desde nuestro punto de vista, y en contra de lo que dicen nuestros conocimientos de geometría, pensamos que esta es una tendencia positiva que tomará impulso en los años (o meses) por venir. Así:

  • 2022 continuará hacia una mayor dolarización de la economía. Descartando que el Gobierno no va a adoptar al dólar como moneda transaccional, el único paso faltante sería la creación de sistemas de compensación interbancaria que facilite el flujo de dinero entre las instituciones financieras. Esto pudiera darse con el apoyo del Gobierno o, de la forma que creemos más factible, mediante la interacción privada con la venia del Estado.
  • Al no adoptar formalmente al dólar como moneda transaccional, el Gobierno fomentará otras vías de pago o transacción, como las criptomonedas. Ya hemos visto cómo el Petro ha aumentado su relevancia como referente de valor en las últimas semanas, lo que posiblemente sea una constante en este año.
  • El mercado local de valores seguirá activo en 2022. Con la estabilidad cambiaria de los últimos meses, se han abierto oportunidades interesantes de arbitraje bolívar/dólar; estas oportunidades de arbitraje sólo pueden derivar en una reducción en los costos de financiamiento en bolívares, y un acercamiento entre ambos costos (local y foráneo) que cierre estas oportunidades de arbitraje.
  • Al igual que en 2021, pensamos que el momento de la renta variable está aquí. A diferencia de 2021, este nuevo año muestra mayor asentamiento, con nuevos emisores y mayor participación a través de formas públicas (listado en bolsa), privadas (inversiones directas) o por vehículos de inversión como las sociedades en promoción.

El año pasado la economía creció 4% en términos reales. Este año tiene el potencial de crecer mucho más, con actores más proactivos y mucho más creativos, y una economía que ya se sacude la modorra del COVID y quiere crecer y avanzar. Ese es el reto.

 

@VzlanaF

 

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