El triunfo de los bancos centrales sobre la inflación

José Grasso VecchioJosé Grasso Vecchio.- Al dinamizar la pandemia en 2022, los precios comenzaron a aumentar en la mayoría de los países que habían aplicado medidas fiscales y monetarias expansivas para reanimar una economía en recesión y con alto desempleo. En la medida en que la actividad económica se fue recuperando, los precios comenzaron a subir, a lo que se sumó el conflicto: Rusia y Ucrania y consecuentemente, la energía se encareció.

En esas condiciones, al unísono, los bancos centrales de EEUU, la Unión Europea, entre otros países siguieron el proceso de alzas de tasas de interés a mediados de 2022 con el objeto de combatir el incremento de precios que parecía no dar tregua debido a una demanda muy dinámica en vista de los multimillonarios programas de auxilio fiscal. La iniciativa la tomó la Reserva Federal quien de forma decidida incrementó por diez veces seguidas los tipos de interés y estos saltaron de 0,5% a mediados de 2022 hasta 5,5% actualmente y lo mismo hizo el Banco Central Europeo. Como ya son conocidos los retardos con los cuales actúa la política monetaria sobre los precios cundió la impaciencia exigiendo más alzas de tasas a lo que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell se negó, aunque también a disminuirlas antes de estar seguro que la tendencia a la reducción de la inflación fuese firme. El tiempo terminó dándoles la razón a las autoridades monetarias.

Después de alcanzar su pico de 9,5% en junio de 2022, la inflación fue 3,2%, en enero de 2024 pero lo más relevante es que el indicador de inflación que prefiere usar el banco central para guiar la política monetaria, Índice de Precios del Gasto de Consumo, se ubicó este mes en 2,8%. En la Unión Europea sucede algo similar. En enero la tasa de inflación anualizada se ubicó en 2,7% y en febrero registró una leve desaceleración al marcar 2,6% y la tendencia generalizada en todos los países que conforman ese bloque.

Una situación más compleja se observa en China donde está presente el peligro de la deflación y la actividad económica no se muestra en auge. Así, en enero de 2024, los precios en china cayeron 0,9% y los datos de producción industrial registran caídas leves pero que interrumpen la racha de crecimiento que ha tenido la nación asiática. En todo caso la Asamblea Popular Nacional anunciará pronto los objetivos de crecimiento económico y otros datos de interés.

En este contexto, no hay dudas que la política monetaria se ha anotado un éxito al contener las tensiones inflacionarias con un costo mínimo en términos de actividad económica en Europa, no así en EEUU donde la inflación declina y la economía no deja de crecer. A este comportamiento ha ayudado el alivio de la baja de los precios de la energía en 2023 y de los productos agroalimentarios que han experimentado disminuciones.

No obstante, lo anterior, está latente lo que pueda suceder en el mercado petrolero, donde ciertamente los precios han venido oscilando durante 2024 como reflejo de eventos geopolíticos, aunque el reciente anuncio de la OPEP+ puede darle aliento al alza de las cotizaciones. Las previsiones de inflación del FMI y el Banco Mundial para 2024 no dejan dudas en que lo peor de la inflación ya pasó y que el reto ahora es el crecimiento y aumentar el empleo. El incremento de los precios del petróleo puede favorecer a Venezuela e igualmente que una eventual caída de los precios de alimentos a nivel mundial también nos favorecería.

 

@josegrasso

 

1 comentario

  1. Francisco Perdomo

    Soslaya el financiamiento de la guerra en Ucrania por parte de EEUU por miles de millones de dólares que vuelven al país el norte con un tremendo efecto dinamizador de la economía. Una gran ventaja para la economía estadounidense según Victoria Nuland, sub secretaria de Estado.

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