Según el director del departamento de mercados monetarios y de capital del Fondo Monetario Internacional (FMI), Tobias Adrian, han aparecido indicios de que la desinflación podría haberse estancado en algunos países, y que la inflación subyacente puede ser persistente en determinados sectores.
«En algunos casos, la inflación subyacente ha superado los pronósticos de los analistas en varios meses consecutivos. Datos por encima de lo esperado podrían poner en entredicho el relato sobre el último tramo y el consiguiente optimismo de los inversionistas, lo que podría ocasionar una redeterminación de los precios de los activos y un aumento de la volatilidad», escribió Adrian en su más reciente artículo publicado en el portal web del FMI.
Destaca que los datos hasta el momento muestran que la inflación subyacente se ha desacelerado en el último trimestre frente a los tres meses anteriores en economías avanzadas y emergentes como: Alemania, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Italia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Suecia.
También puede leer: Costa Rica llega a un acuerdo con el FMI y recibirá 510 millones de dólares
Las expectativas de inflación en las principales economías para el próximo año o los dos próximos años —implícitas en la diferencia entre los rendimientos de los bonos de deuda pública nominales y los vinculados a la inflación— han vuelto a ascender.
Señala que permanecen por encima de los niveles fijados como meta por los bancos centrales: el 2% en el caso de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, y el 3% en el caso de Brasil y México.
Al mismo tiempo, una intensificación de las tensiones geopolíticas podría perturbar más el transporte marítimo y la producción de energía y volver a causar subidas de la inflación.
«Hasta la fecha, los mercados financieros han seguido mostrándose en general optimistas sobre el estancamiento de la inflación y otros riesgos y factores adversos, y la volatilidad en las principales clases de activos se encuentra en niveles bajos a pesar de los elevados indicadores de incertidumbre de política económica».
Una divergencia entre la volatilidad de los precios de los activos y la incertidumbre ha precedido a fuertes repuntes de la volatilidad, recuerda Adrian, que podrían ocurrir si los inversionistas se ven sacudidos por shocks adversos que los obliguen a revaluar los activos para tener en cuenta la elevada incertidumbre.
Pese al citado aumento de la inflación futura proyectada en varios países, los inversionistas prevén rebajas sustanciales de las tasas de política monetaria para este año, de alrededor de 75 puntos básicos en los casos del Banco Central Europeo y el Banco Central de Brasil.
En el caso de la Reserva Federal, se espera una bajada de las tasas de aproximadamente 50 puntos básicos, a pesar de que en Estados Unidos ha sorprendido una serie de alzas de la inflación.
De acuerdo con el director del departamento de mercados monetarios y de capital del FMI, parece que los inversionistas confían en que los bancos centrales que toman sus decisiones en función de los datos flexibilizarán su política monetaria cuando la inflación se desacelere más.
Sin embargo, advierte que si la inflación sigue elevada, esas expectativas optimistas podrían tambalearse, «lo que podría desencadenar una venta masiva correlacionada de activos, desde los bonos hasta las acciones y los criptoactivos».
«En este escenario, las condiciones financieras se endurecerían de manera generalizada. Como efecto más inmediato, algunos inversionistas sufrirían pérdidas en los activos que mantienen, sobre todo los inversionistas apalancados, cuyas rentabilidades negativas se amplificarían. En todo el mundo, a los prestatarios les resultaría más difícil hacer frente al servicio de la deuda como consecuencia del ascenso de los rendimientos de los bonos».
Puede leer el artículo completo aquí.