La Incursión de las Big Tech en Banca

Enrique González PorrasEnrique González Porras.- La irrupción en el sector bancario tradicional de nuevos actores cuyas actividades se basan en el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones, ha estado significando un desafío para los bancos tradicionales.

Estos nuevos actores -los Neobancos o las Fintech– así como los bancos tradicionales enfrentan dos alternativas, por un lado competir e incluso erigir barreras de los segundos contra los primeros, o alternativamente por el otro lado, cooperar explotando sinergias siendo que cada uno de estos actores muestran eficiencias propias de sus modelos de negocio de las cuales el otro tipo de actor adolece.

Dentro de estos nuevos actores podría darse el caso de la irrupción de las Big Tech en el sector.

El negocio principal de las plataformas de Big Tech resulta la tecnología y los datos y, a diferencia de los pequeños Neobancos, también poseen niveles de escala operativa importante, incluso superiores a muchos bancos tradicionales -especialmente para el caso de países como Venezuela-.

Estas empresas del mundo digital poseen enormes bases de clientes instaladas, recordemos que estas grandes corporaciones pertenecen a mercados caracterizados por ser del tipo The-Winner-Take-All o Tipping Markets (mercados que tienden a cerrase o a colapsar en un único operador por el lado de la propia demanda).

Lo anterior significa que operan en mercados altamente concentrados, donde por lo general existe una única plataforma o una plataforma líder con suficiente poder de mercado como para incidir en los competidores y/o en el mercado en general. Esto ocurre porque las plataformas digitales se caracterizan por administrar y explotar economías de red o efectos externos de red. Estos efectos implican que para cada usuario de la plataforma ésta tendrá mayor valor en la medida que un mayor número de usuarios pertenezca a la misma. Por ello es que se producen fenómenos del tipo “Espirales de Atracción”: “Si un mayor nivel de actividad en un grupo hace que sea más atractivo para los miembros del otro grupo aumentar su nivel de actividad y viceversa, estos efectos entre grupos dan lugar a una espiral de atracción” (Martin Peitz y Paul Belleflamme, 2022).

Asimismo, las Big Tech poseen una enorme reputación, prestigio y marcas consolidadas en sus mercados, mientras muestran bolsillos profundos producto de ganancias retenidas y un acceso prácticamente irrestricto a los mercados financieros y de capital. Es así como estas gigantes de la tecnología pueden competir a iguales con los bancos tradicionales establecidos, sea, por un lado, convirtiéndose en bancos (intermediarios) y explotando economías de alcance, agrupando sus ofertas existentes con productos bancarios tradicionales y beneficiándose de dichas economías, o por el otro lado, como plataformas de múltiples lados enfocadas sobre las actividades bancarias más rentables (eventualmente descremando segmentos de mercado).

En este orden de ideas, las Big Tech pueden convertirse en bancos y aprovechar información más sofisticada que aquella manejada por los bancos tradicionales sobre las preferencias, hábitos y conductas de los consumidores. Estas empresas, como ninguna otra hasta la fecha, pueden controlar las experiencias de compra de muchos consumidores y, recientemente, la distribución y comercialización de muchos proveedores. No solo poseen grandes cantidades de datos detallados y personalizados de sus clientes y usuarios, sino que también tienen una ventaja sobre las herramientas (por ejemplo, algoritmos de IA) para analizarlos, comprendiendo las necesidades de los clientes e influyendo en ellos. Este hecho ha posibilitado diseñar productos y transformar la oferta de servicios y al mercado hacia uno customer-oriented, facilitando desarrollar ventajas como lo es CX o Customer Experience, por medio de las cuales los oferentes pueden anticiparse a problemas y disconformidades de los clientes que pudieran implicar riesgos de cambio de proveedor del servicio (reduciendo el Churn Rate y aumentando la tasa de fidelidad).

Las estrategias de penetración en el mercado por parte de las Big Tech pueden que resulten más fáciles y exitosas cuando los usuarios de la plataforma tienen una gran superposición con el uso de servicios bancarios y medios de pago -algo perfectamente razonable-.

De hecho, producto de dicha caracterización puede eventualmente perfeccionarse acciones exclusorias en el mercado por parte de las Big Tech en contra de los bancos tradicionales. Por ejemplo, en el caso que los clientes del intermediario financiero que se pretende excluir se compartan con la Big Tech y dado que ésta última posee ventajas derivadas de economías de alcance y escala podría replicar productos y servicios bancarios a menores costos y comisiones.

Considere el hecho que es probable que los consumidores atendidos por una plataforma específica, por ejemplo, Android o iOS, utilicen dicha plataforma para muchas de sus necesidades bancarias. Esto significa que la plataforma se erigirá como un “Gatekeeper” o “Portal de Entrada” de una fracción de clientes y que los bancos tendrán que estar presentes en las diferentes plataformas/ecosistemas competidoras. Adicionalmente, las plataformas Big Tech pueden subsidiar productos financieros y no financieros, obteniendo una ventaja competitiva.

 

Banca Big-Tech Consumidores

 

En otro orden de ideas, la alternativa de Cooperar, dependerá de quién controlará la interfaz con los clientes, lo que resulta crucial en la dinámica competitiva a futuro. Si se trata de las Big Tech, entonces los bancos experimentarán márgenes de ganancias reducidos con sus negocios comoditizados y podrían intentar optar por especializarse en grupos de clientes específicos.

La teoría económica sobre las relaciones verticales o complementarias entre empresas sirve de marco analítico para comprender que quien posea la Gobernanza de la cadena de valor por ejemplo porque posee la “última milla” de llegada al consumidor final o a su data personal, será quien determine la regla de reparto del valor de la cadena. Más allá, puede hacer que la suerte de sus “socios” en la cadena de valor termine siendo una competencia comoditizando sus productos y/o servicios (Ver la historia de Microsoft versus IBM en la era de la aparición de los ordenadores personales y del sistema operativo MS-DOS).

 

La Incursión de Apple en el Sector Bancario:

Todo lo dicho hasta ahora no constituye producto de una novela distópica de ciencia ficción, ni un ejercicio de pura especulación teórica, de hecho ya constituye una realidad.

Apple, la empresa de mayor capitalización bursátil de la historia, ha incursionado en el negocio bancario con fuerza y con productos super competitivos, que lucen difícil de replicar si no es que se entienden como una posible estrategia de penetración en el mercado.

El lanzamiento de la asociación de Apple con Goldman Sachs para ofrecer una cuenta de ahorros con 4,15% de rendimiento en los EE. UU. ha causado conmoción en la industria bancaria de todo el mundo. ¿Se ha convertido finalmente Apple en un banco y en un gran rival para los bancos minoristas? La respuesta parece ser que sí.

En su portal institucional Apple anunció en abril de 2023 que: “A partir de hoy, los usuarios de Apple Card pueden optar por aumentar sus recompensas Daily Cash con una cuenta de ahorros de Goldman Sachs, que ofrece un APY de alto rendimiento de 4.15 %, una tasa que es más de 10 veces el promedio nacional. Sin cargos, sin depósitos mínimos y sin requisitos de saldo mínimo, los usuarios pueden configurar y administrar fácilmente su cuenta de ahorros directamente desde Apple Card en Wallet”.

Un hecho tremendamente interesante sobre tal remuneración o tasa es que aplica una limitación referida a un límite máximo en el balance de los clientes de US$ 250.000. Podríamos pensar que Apple, la empresa de mayor valor en la historia -cerca de un valor de capitalización bursátil 2,7 billones de US$-, no presenta dificultades de levantar fondos. Así las cosas, con dicho límite parece apuntar más a bancarizar consigo el mayor número posible de usuarios más que a levantar el mayor monto de recursos.

Una estrategia de este tenor para una Big Tech, dado todo lo explicado anteriormente, cobra sentido. Parece haberse iniciado un camino de no retorno en la incursión de las Big Tech en la banca.

 

Conclusión:

Un primer impacto de la disrupción digital será la erosión de los márgenes de los bancos tradicionales y el aumento de la presión competitiva y la contestabilidad de los mercados bancarios.

Sin embargo, el impacto en el largo plazo no está tan claro, aunque en un escenario general también aumentará la competencia, el impacto dependerá del alcance de la entrada de las Big Tech y de si unas pocas de éstas (quizás incluyendo algunos bancos tradicionales transformados en plataformas) lograrán monopolizar la interfaz con los clientes y apropiarse de las rentas en el negocio.

 

@enriquergp

 

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