El Petróleo: La Gran Oportunidad

José Grasso VecchioJosé Grasso Vecchio.- La actual coyuntura económica mundial es excepcionalmente favorable para los países productores y exportadores de petróleo, quienes han aprovechado el auge de los precios desde el inicio de la guerra en Ucrania para fortalecer sus finanzas públicas.

Ello se ha reflejado en ingresos extraordinarios, especialmente para las naciones árabes cuyos ingresos fiscales literalmente se han duplicado desde finales de la pandemia. De hecho, la compañía estatal petrolera de Arabia Saudita, Aramco, declaró ganancias récord de US$ 34.400 millones durante el tercer trimestre de 2022 y lo mismo ha sucedido con transnacionales tales como Exxon, Chevron, Shell, British Petroleum, Total, entre otras.

Venezuela tiene una ventana de oportunidad inmensa para beneficiarse de un contexto petrolero propicio para aumentar sus ingresos en divisas si logra incrementar la producción petrolera de forma sostenida. Para ello es fundamental estimular un flujo de inversiones públicas y privadas tanto para la producción como para los servicios, para así hacer factible esa expansión de la producción.

En 2021 la producción promedio de petróleo en Venezuela se cifró en 636.000 barriles diarios lo que significó un aumento de 11,7% en relación con los 569.000 barriles diarios que se extrajeron en 2020. Durante 2022 la producción comenzó a repuntar y en enero se produjeron 755.000 barriles diarios para luego subir al pico de este año: 788.000 barriles diarios en febrero.

A partir de marzo la producción comenzó a oscilar con tendencia a la declinación en la medida en que se fue agotando la fase más fácil de extracción que no requería grandes inversiones. Adicionalmente, las restricciones que implicó la falta de diluyentes para mejorar los crudos de la Faja Petrolífera del Orinoco fueron afectando los niveles de producción. De esta manera, en julio de 2022 se tocó fondo al alcanzar la producción a 629.000 barriles diarios, un 17% menos que lo producido en enero de 2022.

De acuerdo con los datos de la OPEP de octubre de 2022, la producción logró repuntar al situarse en 717.000 barriles por día, en comparación con 666.000 barriles diarios de septiembre de ese año. Todos estas cifras, de altas y bajas de la producción, sugieren que Venezuela tiene que hacer un esfuerzo considerable por expandir sus capacidades para la extracción y poder vender sus crudos a precios internacionales sin los descuentos que hoy se ve obligada a otorgar y recuperar sus mercados tradicionales, geográficamente más cerca de sus puertos y por tanto pagando menores costos de fletes y seguros, todo lo cual mejorará el flujo de caja de la economía.

La manera relativamente más expedita de producir más petróleo en las actuales circunstancias es mediante la renovación y ampliación de las licencias por parte de la OFAC a las compañías petroleras extranjeras que se han mantenido en Venezuela y las cuales en un entorno más favorable pudiesen extraer unos 100.000 barriles adicionales a lo largo de 2023. Ello permitiría aumentar las exportaciones una vez que se resten los 90.000 barriles diarios que se emplean en la producción de derivados tales como la gasolina y el diésel. Adicionalmente, el alza de la producción con toda seguridad tendrá a su vez un efecto multiplicador en la economía, el ingreso y consecuentemente en el empleo.

Aunque todos los pronósticos para 2023 apuntan a precios un poco más bajos que en 2022 por los temores a una recesión o menor actividad económica global, las cotizaciones de los hidrocarburos seguirán siendo atractivas para los países exportadores y Venezuela debe y está obligada a aprovechar esta nueva momento que, como es históricamente comprobable, suelen venir e irse. El país requiere un consenso en materias fundamentales para los venezolanos y uno de ellos es sobre la política petrolera.

 

@josegrasso

 

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