El pelo desechado en barberías o peluquerías humanas y caninas del estado Zulia, en el oeste de Venezuela, ahora es recogido por los voluntarios del Proyecto Sirena, una iniciativa que plantea crear artilugios a base de cabello para limpiar los residuos de petróleo que contaminan el Lago de Maracaibo, el más grande del país.
Basados en estudios de agencias de prestigio, como la NASA, que demuestran que el cabello funciona para recoger petróleo del agua, y respaldados por la ONG internacional especialista en «innovación en residuos» Matter of Trust, Sirena propone ser «parte de la solución» para los problemas medioambientales del lago, dice a EFE su coordinadora, Selene Estrach.
Ella, junto a varios ambientalistas, inició esta campaña para recolectar el pelo necesario para crear alfombras y barreras tubulares que permitan «atraer» y «recoger» los restos de petróleo que durante años han contaminado el estuario.
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Objetivo: sumar
La idea es sumar esta contribución al plan de «rescate, conservación y desarrollo sostenible del Lago de Maracaibo», anunciado a finales de julio por el Ejecutivo, tras múltiples denuncias de los habitantes y ONG sobre el estado en el que se encuentra.
La campaña de recolección de pelo empezó formalmente el 29 de agosto y, en poco más de 15 días, se ha convertido en una avalancha de voluntarios que se han sumado, incluyendo peluquerías como centros de acopio o promoviendo la colecta en redes sociales.
Estrach explica que «un kilogramo de cabello puede absorber entre 5 y 8 kilos de material oleoso», por lo que se proponen conseguir la mayor cantidad de pelo posible para crear los aparejos que serán lanzados al lago para contener y recoger los residuos.
«El cabello está hecho un 95% de queratina, que lo hace hidrofóbico, aleja el agua y atrae las sustancias oleosas. Entonces, puede absorber, atraer, recoger aceite mineral, vegetal y derivados de hidrocarburos: gasolina, aceite, petróleo«, señala la ambientalista.
El plan consiste en rellenar con pelo tubos de cuatro metros de largo recubiertos con una malla biodegradable, para lo que se necesitan cuatro kilos de cabello por dispositivo, que es el promedio que genera una peluquería en unas cinco semanas.
«Nosotros creemos que podemos tener una buena cantidad de booms (tubos) en un mes o dos meses, porque la limitante no es fabricarlos; fabricarlos es muy rápido, la limitante es la recolección del cabello«, detalla.
No obstante, se muestra esperanzada en lograr el objetivo, pues asegura que en pocos días han conseguido lo que pensaban hacer en un año y, actualmente, cuentan con alrededor de 280 negocios, entre peluquerías y barberías en toda la región, que se han registrado como colaboradores.
A la espera de permisos
Estrach subraya que la ONG intenta sumarse a «una causa importante» con una idea novedosa, para la que aún buscan conseguir permisos gubernamentales, pues es necesario el apoyo del Estado y de la estatal petrolera PDVSA, encargada de manipular los residuos de hidrocarburo que se puedan recoger.
Aclara que, a la espera de las autorizaciones, Proyecto Sirena sigue probando y demostrando la efectividad del sistema, que ya ha sido usado para recoger petróleo en México, Estados Unidos y la isla Mauricio, en el océano Índico.
Mientras tanto, la motivación de los voluntarios por sumarse a la causa ambientalista es visible en las jornadas de recolección.
Royman Noguera es parte de la organización Barberos en Acción, una de las iniciativas que se sumó al Proyecto Sirena y que hace jornadas gratuitas para afeitar a cientos de personas y recolectar cabello para «salvar el lago».
«Para recoger unos 500 gramos se necesita afeitar a unas 300 o 350 personas y, creo que con el equipo hemos recogido para Proyecto Sirena como unos seis o siete kilos de cabello«, comenta Noguera a EFE.
Como él, varios peluqueros y barberos coinciden en que encontraron en esta idea un «propósito» al poder contribuir a la descontaminación del lago que es un símbolo de identidad de Maracaibo.
EFE