El conflicto que mantienen Israel y Hamás desde hace ya dos semanas ha provocado una auténtica conmoción en los mercados energéticos. Los riesgos geopolíticos son graves, aunque de momento la situación sigue normalizada en lo que a suministros se refiere.
Los expertos de Berenberg estiman que seguirá así a menos que el conflicto se extienda por Medio Oriente, señala una nota de Bolsamanía
«Mientras el violento conflicto no se extienda por todo Medio Oriente, el impacto en el suministro de gas de la UE debería seguir siendo pequeño«, apuntan estos expertos en un reciente informe.
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Según explican, Israel «es solo un productor menor de gas», aunque hay que recordar que el pasado 9 de octubre cerró su plataforma de gas Tamar por temor a ser alcanzada por cohetes procedentes de Gaza, y debido a la magnitud del «actual estallido de violencia, es probable que permanezca cerrada mucho más tiempo que durante episodios anteriores».
Los estrategas de Berenberg señalan que Tamar produjo aproximadamente 0,8 bcm de gas al mes, en comparación con la capacidad de almacenamiento de gas de la UE de poco más de 100 bcm. «Incluso si una parte sustancial del valor de la producción perdida de un mes se reflejara en menores importaciones de la UE, el efecto sobre los niveles de almacenamiento no excedería los 0,2 puntos porcentuales», añaden.
Los precios del TTF holandés, de referencia en Europa, han fluctuado en estas dos semanas, lo que es una muestra de la preocupación ante el hecho de que «el conflicto pueda extenderse y afectar el suministro de grandes productores como Irán y Catar, u obstaculizar los envíos a través del Estrecho de Ormuz y el Canal de Suez».
Pero hasta ahora, inciden los analistas de la firma germana, «es difícil ver qué tendrían que ganar los principales exportadores de energía de la región si redujeran significativamente el suministro de petróleo o gas a los mercados globales«.
Reconocen que es necesario «monitorear el riesgo» y ver cómo se desarrollan los acontecimientos, aunque inciden en que su escenario base «sigue siendo que las consecuencias del conflicto no perturbarán los suministros de petróleo y gas hasta tal punto que causen daños importantes a las economías europea o global».
Con información de Bolsamanía