En un giro que reconfigura el equilibrio fiscal global, los países del Grupo de los Siete (G7) han alcanzado un acuerdo con Estados Unidos para eximir a sus multinacionales de algunos elementos clave del impuesto mínimo global del 15%, originalmente pactado en 2021 bajo el paraguas de la OCDE.
El nuevo entendimiento, anunciado este sábado, reconoce las leyes fiscales internas de EE.UU. y establece un sistema “lado a lado” que permitirá a las empresas estadounidenses evitar cargas duplicadas o consideradas discriminatorias por Washington.
La medida representa una victoria para la administración Trump, que había retirado al país del acuerdo original y amenazado con represalias fiscales —incluida la controvertida cláusula 889— contra naciones que penalizaran a sus corporaciones. A cambio, EE.UU. se compromete a desechar esa cláusula y a trabajar con el G7 en un marco más cooperativo.
También puede leer: Crisis de confianza sacude a la banca mexicana tras acusaciones de EEUU
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, celebró el pacto como una defensa de los intereses nacionales y estimó que evitará la pérdida de más de US$100.000 millones en ingresos para los contribuyentes estadounidenses.
Desde la OCDE, el secretario general Mathias Cormann calificó el acuerdo como “un hito importante en la cooperación fiscal internacional”, aunque voces críticas advierten que podría debilitar el principio de equidad tributaria entre jurisdicciones.
El nuevo esquema será discutido en las próximas semanas en el marco inclusivo OCDE-G20, donde se pondrá a prueba su viabilidad política y técnica. Por ahora, el G7 ha dejado claro que la estabilidad del sistema tributario internacional pasa, una vez más, por Washington.
Con información de Bloomberg Línea