La equivocada narrativa de la emigración
Alex Vallenilla.- En el imaginario popular venezolano, en medio de las actuales circunstancias políticas, existe un mito creado en redes sociales, sobre la emigración de venezolanos. Por una parte, los del sector opositor, creen que la salida de venezolanos hacia otros países, es o será una causa de reacción, para que la comunidad internacional dedique esfuerzos en producir un derrocamiento o cambio político en Venezuela.
Por otro lado, en el mismo gobierno creen este mito, ya que en las últimas tensiones entre Miraflores y la Casa Blanca, el gobierno de Nicolás Maduro tomó como medida la suspensión de vuelos de venezolanos desde Nueva York hasta Caracas.
La conveniente mano de obra barata
En la intervención de este lunes, de Thomas Barkin, presidente de la Reserva Federal de Richmond, quien se refirió a la situación económica de Estados Unidos, abordó en parte el tema. Barkin destacó los beneficios del lado de la oferta, como parte de las estrategias que emplean en el norte para enfrentar una inflación todavía fuerte, pero sin llevar a ese país a una recesión.
Entre los aspectos más relevantes que Barkin destacó está la oferta de la mano de obra barata en Estados Unidos, citando el “aumento en la inmigración”. Esto tiene efectos en el reciente aumento de productividad y agregación de nuevos empleos, junto con una caída de la inflación de más de 9 % a 3,2 %, el año pasado.
La mano de obra del inmigrante, resulta más barata y conveniente en medio del repunte inflacionario que registró Estados Unidos. Además de muchos puestos de trabajo que los norteamericanos por diversas razones no están dispuestos a ejecutar. Washington permite de alguna manera el ingreso de inmigrantes, aunque se obliga a establecer controles para evitar que la situación sobre pase los efectos deseados. Con todo ello, siempre hay situaciones que se salen de control y de allí surgen acuerdos como el de repatriación, que se hizo con Caracas, en el marco de las distensiones.
Es natural que el hombre emigre
Son hartos los reportes económicos de los beneficios de la mano de obra de los inmigrantes no solamente en Estados Unidos, sino en otros países. Por ejemplo, la enorme cantidad de médicos que le costó por años formar a Venezuela, en universidades públicas, sostenidas con la renta petrolera y los impuestos de los venezolanos, terminaron en Chile, país en el que ser médico, requiere de enormes costos para los ciudadanos y miles de médicos en sus hospitales, no les costó nada. En ese sentido, perdió Venezuela, toda, la de chavistas y opositores que ahora no tienen médicos suficientes en su país.
Es una visión equivocada tomar la emigración de venezolanos como una solución a los problemas políticos. Si bien la salida de venezolanos por la crisis política y económica que se está viviendo desde 2013, quita presión social al gobierno venezolano, igual le perjudica. Pero también a la oposición.
Menos ciudadanos en Venezuela alivia la demanda de bienes y servicios en un país en que la electricidad falla y la gasolina y el gas domésticos escasean, por lo que cae la presión social, protestas y reclamos. Pero que el país lo abandonen médicos, enfermeras, profesores y maestros, produce enormes debilidades en áreas sociales como la salud y la educación, del sector público. Esto obliga a que esas áreas terminen privatizadas en algún momento.
Por otra parte, la salida de profesionales que buscan empleos mejores pagados, se traduce en enormes debilidades para los sectores de oposición en materia electoral. El voto que pudiera producir cambios en el país, se encuentra fuera en su mayoría y gracias a la situación de desconocimiento del gobierno venezolano, por parte de otros países, no se restablecen consulados y embajadas, para que esos venezolanos expresen su voluntad en las próximas elecciones presidenciales.
Lo cierto es que la narrativa de la emigración, al final, se traduce en daños para Venezuela en su conjunto.
Sin embargo, emigrar es parte de la naturaleza del hombre. Desde que el Homo sapiens apareció, emigró desde África para poblar el mundo entero y de esta manera generar progreso en todos los lugares donde se estableció, buscando un mejor destino.
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Periodista egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Ha sido periodista para la fuente de economía de El Nuevo País y Zeta. Ha sido profesor invitado en la Universidad de Los Andes y profesor en la Universidad Santa María Núcleo Oriente. Entusiasta de la tecnología blockchain y las criptomonedas.