La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) dijo este jueves que las estimaciones basadas en datos no respaldan la previsión de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de que la demanda de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo en 2030.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, afirmó en un artículo de opinión publicado el martes en el Financial Times que las nuevas estimaciones de la agencia muestran que «esta era de crecimiento aparentemente incesante está a punto de llegar a su fin esta década, trayendo consigo importantes implicaciones para el sector energético mundial y la lucha contra el cambio climático».
La OPEP, agrupación liderada de facto por Arabia Saudita, principal exportador petrolero mundial, señaló en su declaración del jueves que lo que hace «tan peligrosas» las proyecciones es que suelen ir acompañadas de llamados a detener nuevas inversiones en petróleo y gas.
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«Tales afirmaciones sólo sirven para que el sistema energético mundial fracase de forma estrepitosa», afirmó el secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais. «Llevaría a un caos energético a una escala potencialmente sin precedentes, con consecuencias nefastas para las economías y miles de millones de personas en todo el mundo».
La OPEP dijo que las proyecciones no tienen en cuenta los avances tecnológicos en curso de la industria del petróleo y el gas para reducir las emisiones y que el 80% de la combinación energética mundial procede de combustibles fósiles, igual que hace tres décadas.
«Basándonos únicamente en las políticas actuales de los gobiernos de todo el mundo -incluso sin nuevas políticas climáticas-, la demanda de cada uno de los tres combustibles fósiles alcanzará su punto máximo en los próximos años. Es la primera vez que se ve un pico de demanda para cada combustible en esta década, antes de lo que muchos preveían», afirmó Birol en su artículo.
No obstante, añadió que el descenso previsto no es «ni de lejos lo suficientemente pronunciado» como para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, el objetivo más ambicioso que las naciones acordaron en el marco del acuerdo climático de París.
«Consciente del reto al que se enfrenta el mundo para eliminar la pobreza energética, satisfacer la creciente demanda de energía y garantizar una energía asequible al tiempo que se reducen las emisiones, la OPEP no descarta ninguna fuente de energía o tecnología, y cree que todas las partes interesadas deben hacer lo mismo y reconocer las realidades energéticas a corto y largo plazo», dijo Al Ghais en la declaración.
Reuters