Sector Agrícola: gran potencial

Oscar DovalÓscar Doval.- La recuperación de la producción agrícola en Venezuela es un desafío monumental que requiere una inversión significativa y una serie de acciones coordinadas. Según los expertos, se estima que se necesitarían más de 10.000 millones de dólares para lograr este objetivo y revitalizar la producción de alimentos en el país.

En los últimos años, Venezuela ha experimentado una disminución preocupante en la producción de alimentos. Anteriormente, el país era capaz de abastecer más del 75% de los rubros vegetales y animales necesarios para su población. Sin embargo, en la actualidad, se ha observado una caída significativa en la producción del agro.

La visión del gobierno, y del presidente Maduro, apunta a reducir la dependencia del petróleo y fomentar la producción nacional de alimentos: «Venezuela tiene que construir su independencia alimentaria. No podemos volver a depender de la economía de los puertos, donde todo se compra en el extranjero con los ingresos petroleros. Debemos esforzarnos por lograr un país soberano e independiente en la producción de todos los alimentos que el pueblo necesita». No obstante, las intenciones oficialistas, no han trascendido el plano de lo retorico.

Si bien en tiempos recientes, se apreció una leve recuperación del sector, especialmente evidenciado en las cosechas de 2022, así como en menos medida, en la producción de pollos y carne bovina; las significativas pérdidas sufridas durante los años de hiperinflación, y, la baja demanda interna, debido al bajo poder adquisitivo de la gente, han dejado a los empresarios del agro, en una situación económica precaria.

Es importante resaltar, que durante el prolongado tiempo que el gobierno sostuvo el control de precios sobre los productos alimentarios, los costos de producción no eran cubiertos por los precios de venta. Esto, llevó en los últimos cinco años, a una reducción del 30% en la producción de maíz, una disminución del 20% en la producción de arroz y una caída del 15% en la producción de hortalizas, entre otros rubros.

La falta de inversión y financiamiento adecuado ha sido uno de los principales factores que han contribuido a esta situación, dificultando aún más la capacidad de los agricultores para invertir en nuevas tecnologías, mejorar la infraestructura y aumentar la productividad. La implementación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) también ha generado una desaceleración económica del sector,

Para abordar el problema, es necesario que el gobierno, en conjunto con el sector privado, reconozcan la importancia de impulsar la producción agrícola y tomen medidas concretas para lograrlo.

La reactivación del crédito y el financiamiento es esencial para impulsar la producción y fomentar un crecimiento continuo en el sector agrícola y agroindustrial. Sin embargo, hasta el momento, no se han visto acciones concretas por parte del gobierno y de los gremios en este tema. Aunque se han llevado a cabo reuniones entre representantes del gobierno y del sector agropecuario, es necesario pasar de las palabras a los hechos y establecer políticas claras y efectivas para respaldar a los agricultores y garantizar su acceso a los recursos financieros necesarios.

Además de los desafíos financieros, la producción de alimentos en Venezuela, también enfrenta otros obstáculos significativos. La falta de insumos agrícolas, como fertilizantes y productos químicos, ha limitado la capacidad de los agricultores para obtener rendimientos óptimos de sus cultivos. La escasez de combustible y la falta de mantenimiento de la maquinaria, también han afectado la productividad y eficiencia del sector.

Se estima que la escasez de insumos agrícolas ha llevado a una reducción del 25% en la productividad de los cultivos, mientras que la falta de combustible y el deterioro de la maquinaria han causado una disminución del 15% en la eficiencia de las operaciones agrícolas.

Para superar estos desafíos, es necesario implementar programas de apoyo integral que incluyan el aseguramiento de insumos agrícolas, la rehabilitación de la infraestructura, la capacitación técnica y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. Esto requeriría una inversión de al menos 3.000 millones de dólares para la adquisición de insumos agrícolas y para la rehabilitación de la infraestructura existente.

Además, se deben establecer alianzas estratégicas con organismos internacionales y otros países para obtener asistencia técnica y financiera. En este sentido, se ha identificado que se requerirían al menos 200 millones de dólares en cooperación internacional para apoyar la recuperación del sector agrícola en Venezuela.

La diversificación de la producción agrícola también es fundamental para fortalecer el sector. Fomentar el cultivo de rubros diversos, incluso aquellos con posibilidad de exportación como el frijol chino, el ajonjolí, la cúrcuma, el cacao y los maricos, entre otros; así como, el promover la agroindustria, puede generar empleo y contribuir a la reactivación económica del país.

Asimismo, se deben desarrollar políticas de comercialización que garanticen precios justos para los agricultores y faciliten el acceso de los productos agrícolas a los mercados locales e internacionales. Esto permitiría aumentar los ingresos de los agricultores y promover la exportación de productos venezolanos, generando divisas y mejorando la balanza comercial del país.

A pesar de los desafíos, existen oportunidades para revitalizar el sector agrícola en Venezuela. Con una inversión adecuada, políticas claras y efectivas, así como la colaboración de actores nacionales e internacionales, es posible recuperar la producción agrícola y agroindustrial. El gobierno y la sociedad venezolana deben unirse en un esfuerzo conjunto para lograr un sector agrícola próspero y sostenible que garantice la seguridad alimentaria y contribuya al desarrollo socioeconómico de Venezuela.

 

@OscarDovalVe

 

1 comentario

  1. Asdrubal Mongua

    Entre el gobierno Nacional, la empresa privada debe hacerse un esfuerzo para la inversión de 10 millardos de que se necesitan para incrementar la producción de los rubros agrícolas, ganadero y pesqueros. De esa manera ir diversificando la producción, y salir del marasmo del rentismo petrolero.

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