Apuntes de una Cuarentena: La hermana Colombia / FIAB

Luis Gerardo GarcíaLuis Gerardo García.- La historia de Colombia y Venezuela es centenaria y data de la conquista. Venezuela formó parte del Virreinato de la Nueva Granada desde 1717 hasta 1742, cuando se convierte en Capitanía General. En 1819, el Ejército Libertador, al mando de Bolívar y Santander, lucha en la Batalla de Boyacá, liberando con la victoria a la Nueva Granada. Venezuela y Colombia formaron parte de un mismo país, la Gran Colombia, de 1820 a 1830, y tras su disolución, es Rafael Urdaneta, un venezolano, quien preside Colombia.

Durante los tiempos difíciles en Colombia en los años setenta y ochenta, la emigración a Venezuela fue de las más importantes en cuantía, y en los últimos años, es Colombia el más importante receptor de migración venezolana en el mundo. En la Costa Atlántica colombiana se juega beisbol, en el Táchira venezolano se juega fútbol. Y, para más inri, compartimos un mismo plato nacional, la arepa (que, dicho sea de paso, es venezolana 😉).

Históricamente, los dos países han estado unidos por la cadera, no siempre de forma cordial. Eso es natural – los hermanos siempre se pelean, pero no por eso dejan de ser hermanos. Y es ahora, después de un tiempo donde las relaciones políticas de alto nivel estuvieron congeladas, el presidente Gustavo Petro fomenta un acercamiento que auguraría una relación más cálida y constructiva.

Venezuela y Colombia solían tener la frontera comercial más activa de Latinoamérica en el eje Cúcuta/San Antonio, y entre nosotros fuimos, dependiendo del momento, nuestro primer o segundo socio comercial. Es de esperarse, entonces, que con la reanudación de las relaciones diplomáticas el intercambio comercial se dinamice y crezca.

Para Colombia, Venezuela representa una oportunidad interesante, un mercado que si bien hoy está reducido a una fracción de lo que fue (en el pasado reciente), muestra un upside importante y una fuente de crecimiento cercano cuando la economía colombiana apunta a tener un desempeño modesto a partir de 2023. Para el mercado venezolano, la entrada de la competencia colombiana representa un bienvenido incremento en la oferta de bienes, un oxígeno para una economía golpeada por un régimen sancionatorio externo altamente restrictivo.

Para el país es un reto abrirse a una oferta en estas condiciones. El empresariado venezolano adolece de capital suficiente y carga las ineficiencias tras años de regulaciones astringentes y con una mentalidad de supervivencia. En este entorno, pudiera uno suponer que Colombia parte con ventaja con respecto a su par venezolano, y es por eso que uno de los objetivos de corto plazo del Gobierno venezolano debería ser el fomento de la actividad empresarial local, no a través de ayudas o asistencias financieras, sino a través de la liberación de esa camisa de fuerza crediticia que comentábamos en artículos pasados. Así se brindaría al empresario local el tan necesario capital para hacer frente a esa competencia foránea, y todos nos beneficiaríamos con una mayor y sana competencia.


La Bolsa de Valores de Caracas cumple este año 75 años de fundada. De buenas a primeras no se me vienen a la mente otras instituciones que tengan una mayor trayectoria. El Banco Central de Venezuela es uno, con 83 años de existencia. Alfonso Rivas & Cia (o Maizina Americana, no me queda claro) es de 1910. Cervecería Polar cumple este año 81 años, y la Liga Venezolana de Beisbol tenía un año cuando nació la Bolsa.

Para celebrarlo, la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB) organizó su reunión anual en Caracas. La misma ocurrirá en los próximos 15 y 16 de septiembre en el Hotel Marriott en Caracas, y podrá ser vista en streaming a través de la página oficial del evento (https://fiabcaracas2022.com/). Promete ser uno de los eventos más interesantes e importantes que ha tenido el sector en el pasado reciente, con presencia de entes privados, reguladores locales e internacionales y representantes del Gobierno.

@VzlanaF

 

 

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