Brasil tiene como objetivo aprobar un marco regulatorio para la energía eólica marina y el hidrógeno verde a finales de este año, dijo el ministro de Energía del país a Reuters, mientras el país busca desbloquear nuevos sectores para impulsar su transición energética.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha apostado su reputación internacional a la revisión de las credenciales ambientales de Brasil, dejadas de lado bajo su predecesor de extrema derecha, el exmandatario Jair Bolsonaro.
Lula y sus asesores han adoptado la transición a una economía verde como eje de sus políticas de desarrollo impulsadas por el Estado.
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Como parte de esos esfuerzos, el ministro de Energía, Alexandre Silveira, destacó la próxima subasta de líneas de transmisión para transportar energía solar y eólica terrestre desde el noreste del país hasta las centrales eléctricas del sur. La subasta podría desbloquear inversiones por valor de 200.000 millones de reales (41.790 millones de dólares).
En la actualidad, Brasil carece de legislación que regule la energía eólica marina y el hidrógeno verde. A principios de enero, el Gobierno promulgó un decreto que abría un espacio para el desarrollo de la generación de energía eólica marina en el país, y empresas como Shell y Equinor han mostrado su interés.
«Creemos que a finales de año dispondremos de un marco regulador seguro para las centrales marinas que podremos presentar al mundo», declaró el martes Silveira, quien explicó que su ministerio también espera disponer de una normativa para los proyectos de hidrógeno verde en el mismo plazo.
«El hidrógeno verde es una posibilidad real de ampliar considerablemente nuestra posición en energías limpias y renovables«, afirmó.
Las esperanzas de Lula en una economía verde llegan mientras la petrolera estatal Petrobras enfrenta dificultades para reponer sus reservas de crudo.
Recientemente, los organismos reguladores del medioambiente echaron por tierra las esperanzas de Petrobras de explorar cerca del río Amazonas, donde pretendía hacer su primer gran descubrimiento nacional de petróleo en más de una década.
Silveira dijo que sigue creyendo que es importante que Petrobras explore Foz de Amazonas, donde el río más grande del mundo se encuentra con el océano Atlántico, siempre que la empresa siguiera las normas medioambientales.
Reuters