El dólar estadounidense y su relación con el rendimiento de los bonos han dado mucho que pensar a los economistas. El índice del dólar, que mide el valor del billete verde frente a seis divisas, ha caído más de un 8% desde enero. El mes pasado alcanzó su nivel más bajo en tres años.
Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos estadounidenses han subido, desafiando una pauta económica habitual. En tiempos de incertidumbre, los inversores suelen acudir en masa a los bonos del Tesoro estadounidense, que consideran un lugar seguro donde aparcar su dinero. Como resultado, el rendimiento de los bonos suele caer cuando los mercados bursátiles se desploman, y el dólar suele subir. Durante las crisis de 2008 y 2020, por ejemplo, el valor del billete verde aumentó.
En un contexto de políticas económicas poco convencionales del presidente estadounidense Donald Trump, los mercados se comportan ahora de forma más errática. Un reciente aumento de los rendimientos de los bonos, acompañado de una caída del dólar, sugiere que los inversores están huyendo de los activos estadounidenses, perdiendo la fe en los bonos del Tesoro.
Para quienes estén familiarizados con el Reino Unido, el mes pasado guarda rastros de la crisis de los bonos inducida por la ex primera ministra Liz Truss en 2022. Un repunte del rendimiento del gilt británico a raíz de un controvertido paquete económico, combinado con una caída en picado del valor de la libra, obligó al Gobierno a dar marcha atrás.
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Un inoportuno aumento de los costes del servicio de la deuda
Los altos rendimientos de los bonos implican que el Gobierno estadounidense debe pagar más intereses por la deuda que toma prestada, lo que limita el gasto. El aumento de los costes del servicio de la deuda es especialmente inoportuno, dado que Estados Unidos ya registra un elevado déficit presupuestario.
Para el ejercicio fiscal de 2024, esta cifra asciende a unos 1,8 billones de dólares, el tercer mayor déficit federal de la historia de EE.UU., equivalente al 6,4% del PIB. Es posible que un repunte en los precios de los bonos contribuyera a la decisión de Trump de pausar los llamados aranceles «recíprocos» durante 90 días a principios de abril.
La caída del dólar se produce después de que la divisa subiera en torno a las elecciones presidenciales del año pasado. El crecimiento en EE.UU. era sólido y, cuando Trump ganó las elecciones, muchos esperaban que siguiera impulsando la expansión económica.
Por otro lado, las predicciones de un repunte inflacionista -alimentado por la promesa de Trump de imponer aranceles- también hicieron subir el dólar. La perspectiva de unos tipos de interés más altos y una mayor rentabilidad impulsó la demanda de la divisa por parte de los inversores extranjeros.
Con información de Euronews.