Crédito: el motor del crecimiento económico

José Grasso VecchioJosé Grasso Vecchio.- En las economías modernas el crédito es la palanca fundamental para el crecimiento de la economía. Ello ocurre porque quienes deseen invertir encuentran cómo financiar sus proyectos, en el entendido que el sistema financiero que es la institución encargada de otorgar los créditos y permite conectar aquellos que tienen superávits y por ello depósitos en los bancos con otros que requieren esos fondos para transformarlos en inversión. Así, según la evidencia económica, por una parte, el crédito aumenta la acumulación de capital y por la otra fomenta la innovación técnica, la base para el crecimiento de largo plazo, al proveer recursos para emprendimientos que pueden ser riesgosos pero que de otra manera no se realizarían.

El mercado de valores tiene por su parte, un rol fundamental en la promoción del crecimiento económico de un país, ya que es el punto de encuentro entre los inversionistas, y las empresas que necesitan financiamiento.

Los datos y los estudios sugieren que un mercado financiero con mayor profundidad y con un sistema financiero robusto y un mercado de valores desarrollado y con toda la gama de instrumentos que se requiera, se expresa en una mayor inversión nacional y extranjera y en un volumen de crédito mayor y eso es lo que hace parte de las diferencias entre los países desarrollados y aquellos que no lo son. El mercado de capitales y la banca están interconectados y se complementan en la economía. La banca tradicional proporciona financiamiento a empresas y particulares a través de préstamos y líneas de crédito. Por otro lado, a través del mercado de capitales se puede obtener recursos por la emisión de acciones, bonos o de papeles comerciales. Ambos actúan como fuentes de financiamiento para las empresas, pero en diferentes formas. En muchos casos, las empresas incluso concurren tanto a la banca como al mercado de capitales para optimizar su estructura de capital y aprovechar diferentes oportunidades de financiamiento.

Un mercado financiero profundo es aquel donde el grado de monetización de la economía-relación entre liquidez y PIB- es elevada y donde además existe una variedad de instrumentos financieros en los cuales invertir. Por tanto, para que la relación liquidez-PIB sea alta, debe haber baja inflación porque cuando los precios comienzan a aumentar el público suele deshacerse de sus saldos monetarios y busca refugio en otras monedas.

Medida como proporción del PIB, el aporte del sector financiero, con la data disponible hasta el primer trimestre de 2019, ha mostrado una tendencia a la disminuían, al pasar de 2% en el año 2000 al 4% en 2010 para luego caer a 1,8% en 2019, ello como resultado de la hiperinflación y la contracción de la actividad económica. Ahora, hemos entrado en una nueva etapa donde la estabilidad del tipo de cambio ha permitido a su vez y sumado a una disciplina fiscal y coordinación entre la autoridad económica y monetaria que se haya logrado bajar la inflación a dos dígitos, salir de la hiperinflación en un marco de mayor estabilidad cambiaria.

No hay dudas de que la cartera de crédito ha venido incrementándose a partir de 2021 con la salida de la recesión y con un entorno económico más favorable, al quedar atrás los controles de precios y de cambio. De hecho, según cifras del primer trimestre de 2024, la actividad crediticia en términos reales aumentó 54% respecto al mismo trimestre de 2023. Se trata del mayor aumento en muchos años, aunque comparada con una base muy baja y debo repetir, falta mucho por hacer.

Aunque la medición en dólares hay que verla con cuidado, al cierre de abril la cartera de crédito rondaba los US $1.600 millones (aproximadamente 2,5% del PIB), mayor que los US $800 millones de un año y medio atrás. Debe advertirse que esa recuperación del crédito es genuina no obstante que su estimación se hace a una tasa de cambio oficial sobrevaluada.

Más allá del esfuerzo del gobierno para financiar a sectores pequeños y medianos, el gran impulso siempre debe venir del sistema financiero y del mercado de valores, porque de otra manera el gobierno estaría distrayendo recursos que podrían tener un mejor retorno social como por ejemplo la construcción de infraestructuras. Hay que insistir en que la banca venezolana y nuestro mercado de valores y todos los profesionales con años de experiencia y las instituciones que hacen vida en ese mercado, tienen las capacidades técnicas y humanas para que el crédito y las inversiones despegue pero falta que la masa de recursos con potencial para prestarse tanto en bolívares como en dólares se comiencen a liberar y para ello es fundamental una disminución gradual del encaje y que se puedan otorgar créditos en dólares como ya se comienza a ver por parte de negocios, especialmente para la adquisición de vehículos.

El mercado de capitales, la bolsa de valores y el sistema bancario se complementan entre ellos y proveen soluciones a las necesidades de financiamiento, ahorro e inversión que facilitan el desarrollo económico.

 

@josegrasso

 



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