El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes que reconocerá una metodología favorecida por la industria del etanol en las orientaciones a las empresas que deseen solicitar créditos fiscales para el combustible de aviación sostenible (SAF), una victoria fundamental para el poderoso grupo de presión del maíz estadounidense.
Sin embargo, el Gobierno también actualizará la metodología antes del 1 de marzo, lo que deja cierta incertidumbre a los productores de etanol a base de maíz, ya que en última instancia podría endurecer los requisitos en torno a las materias primas del SAF.
La industria mundial de la aviación, que cosechó unas ganancias netas de más de 20.000 millones de dólares en 2023 y representa alrededor del 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía, es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar, ya que los equipos no son fáciles de electrificar.
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Las aerolíneas sostienen que se necesitan incentivos para impulsar el mercado del SAF, que puede generar un 50% menos de emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida que el combustible derivado del petróleo, pero suele ser entre dos y tres veces más caro que el combustible fósil para aviones.
Durante meses, el Gobierno de Biden ha estado dividido sobre si reconocer o no el modelo GREET (Gases de Efecto Invernadero, Emisiones Reguladas y Uso de la Energía en las Tecnologías) del Departamento de Energía. Ese modelo permite a las SAF basadas en etanol optar a créditos fiscales en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación, la ley climática firmada por Biden.
Los productores de etanol y los cultivadores de maíz de estados rurales como Iowa e Illinois han estado esperando actualizaciones, ya que la industria ve el SAF como una de las únicas vías para hacer crecer la demanda de etanol en un contexto de aumento de las ventas de vehículos eléctricos.
Biden, demócrata, aspira a la reelección y dependerá de los votos de los reñidos estados del Medio Oeste, que son los mayores productores de maíz.
Aunque las directrices pretenden reducir la diferencia de precios entre el SAF y el combustible tradicional para aviones, los funcionarios de la administración no pudieron facilitar datos que demostraran hasta qué punto los incentivos reducirían las discrepancias de precios entre los combustibles.
Reuters
