Cuando Greg Abel suceda a Warren Buffett al frente de Berkshire Hathaway a finales de este año, se espera que preserve la cultura del gigante, aunque no alcance el poder de su legendario jefe.
Los inversores y analistas esperan que Abel, de 62 años, ahora vicepresidente de Berkshire, mantenga el historial del conglomerado de 1,18 billones de dólares de invertir en empresas a largo plazo y evitar el pago de dividendos a los accionistas.
Berkshire, que posee ferrocarriles, compañías de seguros y un fabricante de helados, lleva décadas planeando la eventualidad de que Buffett, de 94 años y que dirige la empresa desde 1965, ya no esté.
Aún así, fue una sorpresa cuando Buffett anunció el sábado que Abel le sustituirá este año como CEO. El «Oráculo de Omaha» no había mostrado antes una intención clara sobre cuándo dar un paso al lado.
Buffett lleva tiempo aludiendo a su avanzada edad, y antes de anunciar su marcha en la junta anual de accionistas de Berkshire en Omaha, dio a entender que Abel estaba más preparado que él para el puesto.
«Funciona mucho mejor con Greg Abel que conmigo, porque no quiero trabajar tanto como él», dijo Buffett.
Abel también elogió a Buffett, diciendo que «Warren ha sido obviamente un maestro extraordinario, y me he beneficiado de ello durante años».
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Un hombre de detalles
Gregory Edward Abel nació en Edmonton, Alberta, el 1 de junio de 1962, en el seno de una familia de clase trabajadora.
Haciendo trabajos ocasionales, limpiaba botellas desechadas y llenaba extintores, según la Asociación Horatio Alger de Estadounidenses Distinguidos, una organización educativa sin fines de lucro que honró a Abel en 2018.
«Era una verdadera familia de clase trabajadora donde a veces había trabajo y a veces no», dijo Abel sobre su infancia en un video publicado en el sitio web de Horatio Alger. «Te dabas cuenta de que todos trabajábamos duro para intentar sacar adelante a nuestra familia».
Abel se licenció en 1984 en la Universidad de Alberta y trabajó en PricewaterhouseCoopers y en la empresa energética CalEnergy.
En 1992 se incorporó a Berkshire Hathaway Energy, entonces conocida como MidAmerican Energy, que Berkshire adquirió más tarde, y se convirtió en jefe de MidAmerican en 2008.
Abel supervisa ahora las operaciones que no son de seguros de Berkshire, como BNSF, Berkshire Hathaway Energy y docenas de operaciones químicas, industriales y minoristas.
En el último año también ha asumido algunas de las responsabilidades de asignación de capital que habían sido de Buffett.
Buffett dijo el año pasado que también querría que Abel tuviera la última palabra sobre las decisiones relativas a la cartera de acciones de Berkshire, un trabajo que anteriormente se pensaba que quedaría en manos de otros.
Muchos ejecutivos que trabajan con Abel lo califican de perspicaz cuestionador que examina con detalle las métricas financieras y quiere entender de cerca los negocios y cómo se gestionan.
Las preguntas de Abel «garantizan que se reflexione sobre las directrices y los planes de la empresa», afirmó Chris Kelly, director ejecutivo de HomeServices of America, la mayor agencia inmobiliaria residencial de Estados Unidos. «Sales más inteligente de una conversación con él».
Con información de Reuters.
