La Complejidad del Mercado Petrolero

José Grasso VecchioJosé Grasso Vecchio.-  El 5 de septiembre de 2023, Arabia Saudita anunció que mantendría el recorte de la producción petrolera por un millón de barriles diarios hasta finales de 2024. A ello hay que sumar 660.000 barriles diarios adicionales que otros países productores están dispuestos a rebajar a lo largo del próximo año.

Entre tanto, las estimaciones de demanda proyectan un aumento de más de un millón de barriles por día para 2024, lo que sugiere que el mercado global de hidrocarburos se ha comenzado a caracterizar por una relativa estrechez del suministro, lo que indudablemente está empujando los precios al alza. Así, el crudo Brent cerró el 5 de septiembre en US$ 90 por barril, muy superior a la cotización del final de 2023.

A esta situación se ha sumado una declinación en los taladros activos en Estados Unidos y Canadá con lo cual la perspectiva de aumentar la oferta de crudos se verá comprometida. A este desbalance entre oferta y demanda de petróleo se agrega los temores que la economía china entre en una fase de menor crecimiento, evidenciado este hecho en una caída durante esta semana en el índice de actividad de los servicios. Por su parte, el banco de inversión Goldman Sachs corrigió a la baja la probabilidad de una recesión en Estados Unidos, con lo cual se puede alentar la demanda.

En estas circunstancias, los precios de la gasolina han venido aumentando y en Estados Unidos han registrado sus mayores valores en los últimos diez meses, lo cual puede representar una fuente de presión inflacionaria de cara a la próxima reunión de la Reserva Federal donde se decidirá si se aumenta o no las tasas de interés. El consenso de mercado apunta a que el banco central estadounidense mantendrá el nivel de las tasas de interés.

En 2022, el gobierno de Estados Unidos acordó liberar 122 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas para procurar contener el aumento del precio de la gasolina. En estos momentos esa opción no parece viable por cuanto esas reservas estratégicas se encuentran en sus niveles más bajos desde 1983, con lo cual los grados de libertad del gobierno para influir sobre los precios de los combustibles son limitados.

Para los países importadores de petróleo está situación representa un riesgo muy elevado por cuanto le aumentará el costo de la factura petrolera con el consiguiente efecto adverso sobre el sector externo y sus cuentas fiscales.

Sin embargo, para Venezuela se trata de una oportunidad en la medida que se continúe recuperando la producción de petróleo y consiguientemente de las exportaciones en un contexto en el cual los precios de los hidrocarburos se han incrementado. Es muy probable que con una extensión de las licencias a las empresas petroleras o nuevas licencias se podría aumentar la producción nacional en al menos 50.000 barriles diarios, lo que contribuiría a mejorar la situación fiscal. En medio de la incertidumbre energética mundial, Venezuela cuenta, por una parte, con un gran potencial gasífero que de flexibilizarse las sanciones y con condiciones razonables de comercialización, más el incremento de la producción, dejaría al país con un escenario positivo en materia fiscal.

 

@josegrasso

 

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