La retención del IVA frente a la coyuntura económica actual

Camilo LondonCamilo London.- Para algunos especialistas en materia de gerencia y productividad, la actual coyuntura económica es la oportunidad para desarrollar nuevas estrategias de negocio, bien para subsistir o para incluso mejorar la posición competitiva de las empresas. Estos planteamientos que nos llaman a ver el lado positivo de la crisis, – si es que acaso tiene alguno -, parten mayormente de la consideración de que éstas nos activan, nos hacen reaccionar ante la necesidad de adaptarnos o desaparecer como unidades productivas. Vale aquí el dicho popular “en tiempos de cambio, o te montas o te encaramas”.

Las crisis, como la que se ha identificado en el contexto económico del país, tiene entonces el efecto del estimulante para algunos, convirtiéndose en el acicate de las nuevas ideas, el empeño por sobrevivir, la necesidad de cambiar, de mejorar, de ser más eficientes y más efectivos. Para otros, no tan pro-activos, la actual coyuntura económica sólo ha dejado al desnudo las debilidades que la supuesta bonanza económica ocultaba. Cualquiera que sea el ángulo desde el que se evalúe esta coyuntura, todos coinciden en que es una extraordinaria oportunidad de revisar nuestros procedimientos, prioridades, objetivos y resultados recientes, con miras a adecuarnos a las nuevas realidades. Pero resulta que esto no sólo aplicaría a las empresas, sino a la sociedad misma, tal y como ha quedado evidenciado en tantas experiencias de la historia humana, y en ese sentido aplica igualmente al Estado y las relaciones con los ciudadanos.

Durante los últimos años en nuestro país, una gran cantidad de empresas han sido afectadas por la acumulación de excedentes de retenciones de IVA no descontadas generadas por una normativa vigente desde enero de 2003.  Es pertinente decir que el problema y su magnitud fue eclipsado durante más de 10 años de bonanza petrolera, en los cuales parte de sus efectos podían ser trasladados al consumidor final, pero que a partir de la entrada en vigencia de la Ley que regula costos y precios en el país, se impide dicha traslación. Ahora, ante la caída estrepitosa de los precios del crudo venezolano, nos encontramos con que el problema tiene dimensiones de significación que terminan afectando severamente a las pocas entidades productivas que aun operan en el país.

La actual coyuntura  económica exige del Estado venezolano la urgente revisión de un sistema de recaudación anticipada del IVA que por una parte combate la evasión tributaria, pero que tiene como principal consecuencia negativa el debilitamiento del aparato productivo nacional, toda vez que lamentablemente no se da en general una oportuna respuesta a los reclamos por pagos en exceso del IVA de los contribuyentes y se les somete a una cesión forzosa del importe a recuperar, con una tasa de descuento y otros gastos asociados en el proceso que puede superar fácilmente el 25% del impuesto cuya devolución es solicitada, sin contar además el efecto de que la inflación tiene en las partidas monetarias.

Lo que en un principio fue un sistema de control de evasión que permitió una reducción sustancial de la evasión del impuesto, se ha convertido en un instrumento de recaudación excesiva y financiamiento encubierto del Estado, que además, añade costos improductivos a los afectados, todo ello en franco desconocimiento de los preceptos constitucionales de protección a la economía nacional previstos en el artículo 316 del texto fundamental.

La crisis económica ha dejado al descubierto problemas estructurales de la cadena productiva que muchos advertían, pero pocos padecían de forma directa. La respuesta a esta situación es revisarnos y reconvertirnos, pero para ello deben crearse condiciones favorables a dicho objetivo.

Entre algunas de estas condiciones necesarias para retomar el rumbo de nuestro desarrollo sostenible, es necesario impulsar un cambio urgente en el actual sistema de retenciones del IVA, como ya lo han hecho algunos vecinos del continente. Sea por acciones en el ámbito de competencias del Ejecutivo, o por la modificación del marco normativo legal que le corresponde a la Asamblea Nacional, deben darse las consultas, evaluaciones y concreción de acciones para identificar claramente el problema y la solución al mismo, donde los aportes desde la sociedad organizada en sus gremios empresariales y profesionales, así como las instancias académicas, tienen una relevante importancia.

 

@SoyCamiloLondon

 

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