El Banco Central de Brasil señaló este martes que la mayoría de sus responsables de política monetaria ve posible iniciar una «parsimoniosa» reducción de tasas en su próxima reunión de agosto, siempre que se consolide un escenario de inflación más benigno, mientras que una minoría adopta una postura más cauta.
Las minutas de la reunión celebrada entre el 20 y el 21 de junio, en la que el comité que establece la política monetaria, conocido como Copom, mantuvo la tasa de referencia en el 13,75% por séptima vez consecutiva, revelaron una divergencia de opiniones en cuanto a la señalización de futuros pasos, señala una nota de Reuters.
«La evaluación predominante fue que la continuación del proceso desinflacionario en curso, con el consecuente impacto sobre las expectativas, puede permitir acumular la confianza necesaria para iniciar un proceso parsimonioso de inflexión en la próxima reunión«, dijeron las minutas.
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Aunque adoptó un tono más moderado al excluir la posibilidad de alzas de tasas en su comunicado de política monetaria, el Banco Central se abstuvo la semana pasada de señalar un alivio monetario en su próxima reunión de agosto, apuntando en su lugar a una postura dependiente de los datos.
El comunicado suscitó las críticas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de los ministros y de algunos participantes en el mercado, que esperaban un cambio notable en el tono del banco debido a una inflación inferior a la prevista, una moneda más fuerte y una reducción en las expectativas inflacionarias.
Además, las tasas de interés a futuro cayeron a medida que el Congreso avanzaba en las nuevas normas fiscales del gobierno, consideradas cruciales para frenar una deuda pública descontrolada tras el aumento del gasto social de Lula para cumplir las promesas de campaña.
En las minutas, el banco señaló que algunos miembros siguen apoyando la necesidad de observar una mayor disminución de las expectativas de inflación a largo plazo y más pruebas de desinflación en los componentes más sensibles al ciclo.
El Banco Central subrayó en las actas que las expectativas de inflación disminuyeron ligeramente, pero siguen desancladas de los objetivos oficiales, en parte debido al cuestionamiento sobre un posible cambio en los futuros objetivos de inflación, y añadió que «las decisiones que reanclan las expectativas pueden conducir a una desinflación más rápida».
El Consejo Monetario Nacional, formado por el ministro de Finanzas, el ministro de Planificación y el presidente del Banco Central, se reunirá el jueves para confirmar los objetivos de inflación del 3% para 2024 y 2025, y fijar la meta oficial para 2026.
El anterior impulso de Lula a favor de objetivos de inflación más elevados para relajar la política monetaria ha perdido fuerza, y el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, ha subrayado recientemente la inclinación del Gobierno a ajustar el calendario para alcanzar los objetivos, favoreciendo un enfoque continuo frente al actual objetivo basado en el año natural.
Reuters