Microsoft anunció este martes que cobrará al menos un 53% más por el acceso a las nuevas funciones de inteligencia artificial (IA) de su programa ofimático de uso generalizado, lo que deja entrever las ganancias inesperadas que espera obtener de esta tecnología.
La empresa también dijo que pondría inmediatamente a disposición de las empresas una versión más segura de su motor de búsqueda Bing, con el objetivo de abordar sus preocupaciones en materia de protección de datos, aumentar su interés por la IA y competir más con Google.
En su conferencia virtual Inspire, la empresa dijo que los clientes pagarán 30 dólares al mes por usuario por su copiloto de IA en Microsoft 365, que promete redactar correos electrónicos en Outlook, escribir documentos en Word y hacer accesibles prácticamente todos los datos de un empleado a través de un chatbot.
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La actualización voluntaria se suma a los planes mensuales cotizados públicamente, que van desde los 12,50 dólares por usuario hasta los 57 dólares, lo que significa que el copiloto podría triplicar los costos para algunos clientes de Microsoft.
En una entrevista, el vicepresidente corporativo Jared Spataro, dijo que la herramienta se amortizaría gracias al ahorro de tiempo y al aumento de la productividad. El copiloto resume las llamadas de Teams, por ejemplo.
«Ya no tomas notas en las reuniones, no asistes a algunas reuniones», dijo. «Simplemente cambia tu forma de trabajar».
Spataro declinó pronosticar los ingresos por el copiloto, que al menos 600 empresas han probado desde su presentación en marzo. El programa de IA, potencialmente caro de operar, aún no está disponible de forma general.
Mientras tanto, Microsoft está dirigiendo a las empresas a Bing Chat Enterprise, un bot en su motor de búsqueda que puede generar contenido y dar sentido a Internet, incluido con las suscripciones utilizadas por unos 160 millones de trabajadores.
A diferencia del Bing público al que han accedido millones de internautas en los últimos meses, la versión para empresas no permitirá ver ni guardar los datos del usuario para entrenar la tecnología subyacente. Un empleado tendría que iniciar sesión con credenciales de trabajo para obtener las protecciones.
El despliegue se produce tras la creciente preocupación del sector por el hecho de que los empleados introduzcan información confidencial en chatbots públicos, que los revisores humanos podrían leer o la IA podría reproducir con una cuidadosa indicación.
Reuters