El megaproyecto fiscal impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta nuevos obstáculos en su revisión final en la Cámara de Representantes, donde los republicanos no han logrado asegurar los votos necesarios para su aprobación definitiva.
Tras recibir el visto bueno del Senado el martes —con un estrecho margen de 51 a 50 gracias al voto de desempate del vicepresidente JD Vance—, la propuesta regresó a la Cámara Baja, donde ya había sido validada en mayo. Sin embargo, las tormentas que afectaron el transporte en varias regiones del país impidieron que algunos legisladores llegaran a tiempo a Washington, retrasando los procedimientos.
Además de los contratiempos logísticos, persisten desacuerdos entre los propios republicanos, especialmente por los recortes contemplados en programas sociales como Medicaid y el subsidio alimentario SNAP, lo que ha generado resistencia entre senadores moderados preocupados por el impacto en sus comunidades.
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Trump ha intensificado su presión a través de su red Truth Social, calificando el proyecto como “el mayor recorte de impuestos de la historia” y urgiendo su aprobación antes del 4 de julio, fecha simbólica por la conmemoración de la independencia estadounidense.
La bancada demócrata, liderada por Hakeem Jeffries, ha prometido bloquear el avance del proyecto, al que consideran una amenaza para los sectores más vulnerables. “Vamos a presentarnos hoy, mañana, esta semana, el año que viene, hasta acabar con esta pesadilla nacional”, declaró Jeffries en rueda de prensa.
Hasta que no se completen los votos de procedimiento, no podrá realizarse la votación final. El resultado será clave para definir el rumbo fiscal del país y podría tener implicaciones políticas de cara a las elecciones legislativas de 2026