Polvo del Sahara llegó a Venezuela: efectos en la salud

Polvo Sahara
Foto: Fernando Morales

El meteorólogo Luis Vargas informó a través de su cuenta en X (antes Twitter) que este 31 de enero llegó a Venezuela el polvo del Sahara, coincidiendo con la estación de verano en el país, en la que ocurren incendios forestales.

Según Vargas, el polvo del Sahara continuará por el resto de la semana sobre todo en oriente y la zona central del país.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el peligro que genera este fenómeno de ocurrencia anual radica en el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio, y pesticidas presentes en el polvo.

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«Estos contaminantes los recoge a su paso por zonas deforestadas del Norte de África, particularmente los países subsaharianos intensamente afectados por desertificación, generada por el agotamiento de bosques, debido al uso no controlado de ese recurso», indica la organización.

Añade que dichas tormentas cuando logran concentrarse y alcanzar áreas pobladas de Europa y América, pueden provocar la aparición de alergias y crisis asmáticas en muchas personas, sobre todo aquellas que ya sufrían problemas respiratorios o de inmunodepresión.

Muchas veces se refieren a casos de «gripes» persistentes o alergias sin causa aparente que pueden haber sido provocadas por el contacto con partículas de origen biológico, presentes en el polvo.

¿Cómo cuidarse del polvo del Sahara?

Según la OPS, las personas con enfermedades respiratorias crónicas (asma), adultos mayores, mujeres embarazadas y niños deben usar protectores respiratorios, tales como mascarillas o un pañuelo de tela húmedo para cubrir nariz y boca.

Si se tiene sensación de cuerpos extraños en los ojos, la recomendación es lavar con abundante agua, preferiblemente potable, hervida o clorada y antes de iniciar el proceso lavarse las manos.

«Siempre debe utilizar los equipo de protección personal apropiados como gafas protectoras y mascarilla», indica la organización, además de humedecer los sectores de la casa antes de barrer para evitar la «resuspensión» del polvo que pudiera acumularse.