OpenAI, la empresa que está detrás de ChatGPT y que cuenta con el respaldo de Microsoft, no tiene planes de salir a bolsa a corto plazo, dijo su presidente ejecutivo, Sam Altman, en una conferencia celebrada en Abu Dabi.
«Cuando desarrollemos la superinteligencia, es probable que tomemos algunas decisiones que la mayoría de los inversores verían con extrañeza», afirmó Altman. «No quiero que me demande (…) el mercado público, Wall Street, etc., así que no, no me interesa tanto», agregó sobre la posible salida a bolsa.
OpenAI ha recaudado hasta ahora 10.000 millones de dólares de Microsoft a una valoración de casi 30.000 millones de dólares, ya que invierte más en la creación de capacidad informática. «Tenemos una estructura muy extraña. Tenemos un límite a los beneficios», añadió el ejecutivo.
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OpenAI empezó siendo una organización sin ánimo de lucro, pero más tarde creó una empresa híbrida con un «límite a los beneficios» que le permitía recaudar fondos externos con la promesa de que la operación original sin ánimo de lucro seguiría beneficiándose.
Mientras desarrolla sus capacidades de inteligencia artificial, Altman y muchos destacados científicos implicados en la creación y comercialización de la tecnología han advertido de la amenaza que supone, sobre todo la IA generativa creadora de contenidos como ChatGPT, y algunos la equiparan a «un riesgo de extinción». Han exigido una regulación.
Altman está realizando una gira relámpago por todo el mundo, reuniéndose con jefes de Estado de varios países. El martes estuvo en Emiratos Árabes Unidos y tiene previsto viajar después a Catar, India y Corea del Sur.
Durante su estancia en Europa, se vio envuelto en una polémica por afirmar que OpenAI podría abandonar la región si resultaba demasiado difícil cumplir las leyes previstas sobre IA, lo que provocó las críticas de varios legisladores, entre ellos el comisario de Industria de la UE, Thierry Breton. OpenAI se retractó más tarde.
El bloque europeo está trabajando en un conjunto de leyes para regular la IA, incluidas propuestas que obligarían a cualquier empresa que utilice herramientas como ChatGPT a revelar el material protegido por derechos de autor utilizado para entrenar sus sistemas.
OpenAI no revela esos datos en su último modelo de IA, GPT 4. «Lo más importante de esta tecnología que la gente no entiende es que dentro de unos años la GPT 4 va a parecer un juguetito que no era tan impresionante«, dijo Altman refiriéndose al crecimiento de la IA.
Muchos expertos han mencionado la amenaza potencial de que los puestos de trabajo sean sustituidos por la IA. Los empleos del futuro serán «muy diferentes de muchos de los actuales», señaló Altman, quien añadió que también habrá oportunidades.
Reuters