Respuestas a los que se oponen a dolarizar

Guillermo GarcíaGuillermo García N.- El tema de una posible dolarización plena en Venezuela ha generado gran debate y controversia, natural y necesario para un tema tan importante en la búsqueda de alternativas y soluciones a la muy difícil situación económica y desequilibrios que se registran actualmente. Valiosos y muy buenos economistas como: Luis Vera, Pedro Palma, José Toro Hardy, Ronald Balza, los cuales respeto y admiro, pero en el tema de la dolarización difiero con todo respeto de sus posiciones en cuanto a los posibles inconvenientes y desventajas que traería la implementación de un esquema de dolarización plena para Venezuela. Veamos algunos de sus puntos:

No hay recursos suficientes. Venezuela tiene los activos en dólares necesarios para dolarizar. Los activos no se limitan solamente a las reservas internacionales en el BCV, sino en otros activos que se registran en dólares y que pueden ser utilizados y aplicados para aumentar las disponibilidades en dólares. Actualmente los montos en circulación en dólares dentro de la economía venezolana aunada a los montos en dólares en cuentas custodia y de libre convertibilidad superan con creces los requerimientos para esterilizar y destruir toda la base monetaria y liquidez en bolívares del sistema. En adición a esto, por ejemplo, se suman las participaciones accionarias que posee Pdvsa en las empresas mixtas, oro, gas, empresas del Estado. En este sentido, tengo una propuesta para ser establecida como medida previa a la dolarización y que beneficiará a todos los venezolanos.

 

El BCV como ente rector de política monetaria

Pérdida del control de los diferentes sistemas monetarios, en los que el BCV sería «el hacedor de política». Hay dos opciones: a) un tipo de cambio flexible; b) un tipo de cambio ortodoxo, que es un sistema de tipo de cambio fijo con relativa libertad monetaria. El tipo de cambio flexible: Con este tipo de cambio, el BCV tiene la libertad monetaria, pero la economía podría tener problemas de alta inflación, si se trata de aumentar la oferta de dinero. La experiencia ha demostrado que estos sistemas no han funcionado en el país, principalmente debido a la repercusión de la inflación y devaluación que trae, ese ha sido nuestro drama.

La pregunta que cabe es: ¿Bajo las condiciones actuales de deterioro económico y de grandes desequilibrios de variables macro, niveles de hiperinflación registrados hasta 2021, inflación galopante y pobreza generados por más de 40 años por políticas económicas erradas, desconfianza y poca credibilidad: ¿Será posible tener éxito con la aplicación de medidas de política económica ortodoxas como plantean? ¿Cuál será el precio a pagar por la mayoría de la población? ¿En qué tiempo verán resultados positivos? ¿Quién garantiza que esas buenas y acertadas políticas se cumplan en el tiempo? Hay mucho en juego y en riesgo sin duda. Es bueno señalar que en los países que han sufrido crisis hiperinflacionarias con establecimiento de programas de estabilización ha tomado entre 9 y 12 años llevar a un dígito la inflación. Nosotros no podemos darnos ese lujo.

Flexibilidad en la política monetaria. La evidencia empírica contradice esto. Tasas de crecimiento anual en los países que carecen de flexibilidad monetaria en desarrollo eran más del 50 por ciento mayor que en aquellos con los bancos centrales y la flexibilidad monetaria durante el período 1950-93. Por otra parte, la variabilidad de los índices de crecimiento, medido por sus desviaciones estándar, era prácticamente idéntica, lo que indica que la falta de flexibilidad monetaria no dio lugar a una mayor incidencia o vulnerabilidad a los choques externos (Hanke 1999, Schuler 1996).

El prestamista de última instancia. Otra objeción a la dolarización es que eliminaría la capacidad del BCV para actuar como prestamista de última instancia. Contrariamente a lo que piensa la mayoría de los individuos, no es deseable tener un banco central como prestamista de último recurso. La evidencia tanto en Venezuela como en Argentina registra rescates costosos de los sistemas bancarios y que han ocurrido bajo la tutela de bancos centrales y, de hecho, tienen el récord de los rescates bancarios más caros en proporción al tamaño de su economía: la crisis bancaria de 1984 en Venezuela y 1980 en Argentina.

Crecimiento económico y competitividad. Afirman que la dolarización pone en riesgo la capacidad de crecimiento de la economía y de una pérdida de competitividad al no tener una propia moneda para ajustar y hacer competitivo el tipo de cambio para exportación. Esto no es del todo cierto. El TC es solo un elemento, la variable fundamental no es el TC, sino la productividad. Si fuese así, Venezuela sería el país con mayores exportaciones de América.

Al establecerse un esquema de dolarización el riesgo devaluación desaparece, lo que alentará la inversión extranjera y nacional de largo plazo por la estabilidad monetaria y baja inflación que se genera, y potenciará fuertemente la posibilidad de inversiones petroleras, agroindustriales, agrícolas, turismo y de manufactura de los países del Mercosur, América Latina, Estados Unidos y Europa. A esto hay que añadir, la muy posible repatriación de capitales que de seguro vendrán al país con un esquema de dolarización plena.

 

@asesorfinaciero

 


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